domingo, 30 de noviembre de 2008

Mercedez Aroz da su testimonio de conversión al cristianismo



La ex senadora socialista plantea la abolición del aborto como "medida de progreso"
Mercedes Aroz dejó su escaño como senadora socialista en noviembre de 2007, anunciando su conversión al cristianismo. Pero no explicó cómo había sido esta conversión. Durante un año se negó a conceder entrevistas, diciendo que hablaría en el Congreso Católicos y Vida Pública. Pero, llegado el Congreso, tampoco se animó a aceptar entrevistas. Trajo su ponencia escrita y se limitó a leerla. Pero cuando un periodista usó el turno de preguntas para preguntarle por "la relación de su itinerario con la espiritualidad de los Hermanitos del Cordero y con Juan Pablo II", muy asombrada, la ex-senadora empezó a hablar.

"Me han preguntado por mi relación con los Hermanitos del Cordero, Juan Pablo II y mi conversión", empezó. "Tengo dos hijos. Toda la vida, en casa, los eduqué en los valores de la izquierda y del marxismo. Mi hijo menor, siendo estudiante, en una comuna, estaba en una situación delicada. Él conoció a los Hermanitos del Cordero y se convirtió al cristianismo."

Al llegar a este punto, la antigua marxista y cofundadora del PSC se emocionó, se le quebró la voz y casi llora. Los asistentes al Congreso de Católicos y Vida Pública le aplaudieron, también emocionados.

"Mi hijo ha sido... es difícil recordar esto ahora... ha sido un proceso de... ¡la Gracia de Dios!", dice. Los Hermanitos del Cordero son una orden de monjes y monjas mendicantes, pobres, jóvenes en su mayoría, que viven en los barrios más deprimidos de las grandes ciudades, vestidos con hábitos de color azul.

Mercedes Aroz recordó que "En verano del año 2000 fueron las Jornadas de la Juventud en Roma. Mi hijo estuvo allí; los Hermanitos del Cordero le ayudaron en su proceso, pero realmente él se convirtió de la mano de Juan Pablo II", especificó, refiriéndose al encuentro de dos millones de jóvenes con el Papa polaco en la explanada de Tor Vergata, la mayor reunión juvenil de la historia de Occidente.

"Ese verano leí un artículo de una periodista de izquierda, que ponía el foco en los encuentros de Roma, la afluencia de jóvenes. ¿Qué le pasaba a la izquierda, nuestros ideales dónde estaban, por qué no teníamos capacidad de convocatoria? Ese artículo me hizo reflexionar sobre mis ideales", dijo quien fuera miembro de la Liga Comunista Revolucionaria en su juventud.

"A finales de ese año recibí la llamada de Dios. ¡Bueno, Mercedes, ya está bien! ¡Yo no recordaba ni el Padrenuestro! Empezó ahí mi proceso. Me formé, básicamente, leyendo libros de Ratzinger", explicó, refiriéndose al entonces prefecto de la Doctrina de la Fe y actual Papa Benedicto XVI.

"En 2005 me encuentro el proyecto de ley para equiparar jurídicamente las uniones del mismo sexo con el matrimonio. Yo no sabía como argumentar en contra jurídicamente. Tomé entonces conciencia de la contradicción entre el proyecto socialista y el compromiso cristiano, que no es una ideología. Me pareció que no sólo debía votar en contra sino dar argumentos. Ahí fue el divorcio con el proyecto socialista", aseguró.

Más aún: "también voté después contra las leyes de manipulación genética. Y ya al final de mi etapa de senadora voté contra la ley de Memoria Histórica, no contra las familias que buscan a sus muertos, sino por su preámbulo de ideología discriminatoria, sin objetivos de reconciliación ni de verdadera memoria."

Preguntada por asistentes sobre si hay un proyecto laicista en el PSOE dijo: "Creo que el PSOE no tiene un proyecto laicista, pero están muy desorientados sobre qué es laicidad en una sociedad pluralista y democrática. Deberíamos debatir sobre la laicidad. Pero cuando se descalifica desde el poder político a los que nos oponemos al aborto y la eutanasia se impide el debate."

¿Y qué piensa de la corriente "Cristianos por el Socialismo"?, le preguntan.

"Durante la Transición eran personas que pensaban que el socialismo podía aportar algo en el tema de la defensa de la justicia social. Pero entonces, cuando yo era marxista, no veía como se podía ser también cristiano. Y ahora que soy cristiana, no veo como ser "cristiana por el socialismo". ¿No va primero el cristianismo? ¡Lo que hace falta es ser cristianos por el evangelio!", dice con convicción.

Un historial brillante en la política socialista

Mercedes Aroz fue en su juventud una marxista ortodoxa, militante de la Liga Comunista Revolucionaria. Se afilió al PSOE en 1976 y fue una de las fundadoras del PSC en 1978. Formó parte de la dirección política del PSC durante 18 años. Economista y asesora de UGT, fue diputada socialista de 1986 hasta el año 2000, cuando pasó al Senado. En 2004 se convirtió en la senadora más votada de la democracia, con 1,6 millones de votos en Barcelona (Pío García Escudero, del PP, la superaría en marzo de 2008 con 57.000 votos más en Madrid). Dejó el escaño en noviembre de 2007. La candidata socialista que la sustituyó en Barcelona, Maite Arqué, obtuvo en marzo 224.000 votos menos que ella.

Durante al menos 3 años escribió cartas en privado al presidente Rodríguez Zapatero pidiéndole moderación y reflexión en temas de vida y familia, sin ningún éxito. En junio de 2005, el senado votó contra el matrimonio homosexual: 136 a 119. Aroz y su compañero de bancada, Francisco Vázquez (laico carmelita, incombustible alcalde de La Coruña y hoy embajador en el Vaticano), se ausentaron para no votar a favor. Más aún, Aroz emitió un comunicado explicando que sus razones eran muy similares a las del líder socialista francés Lionel Jospin y la socialdemocracia europea: proteger a los niños, defender el matrimonio basado en la ley natural y ofrecer a los homosexuales otros pactos de convivencia. Fue una defensa valiente del matrimonio en boca de una mujer divorciada muchos años antes de experimentar la fe.

Al final, el matrimonio homosexual se aprobaría en el Congreso pese al voto en contra del Senado, el Consejo de Estado (dictamen 628/2004), la Real Academia de Legislación y Jurisprudencia, el Consejo General del Poder Judicial, 700.000 firmas de ciudadanos avaladas por la Junta Electoral Central y una manifestación de un millón de personas en Madrid el 18 de junio de 2005. Fue, sin duda alguna, la ley con menos consenso de la democracia española.

En noviembre de 2007, Mercedes Aroz hacía pública su conversión al cristianismo (que había empezado, en secreto, en el 2000) y en una nota daba las razones.

"Mi actual compromiso cristiano me ha llevado a discrepar con determinadas leyes del Gobierno que chocan frontalmente con la ética cristiana, como la regulación dada a la unión homosexual o la investigación con embriones, y que en conciencia no he podido apoyar", dijo.

"He querido hacer pública mi conversión para subrayar la convicción de la Iglesia Católica de que el cristianismo tiene mucho que decir a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, porque hay algo más que la razón y la ciencia", decía su texto. "A través de la fe cristiana se alcanza a comprender plenamente la propia identidad como ser humano y el sentido de la vida", proseguía. Además pedía, en nombre de la libertad religiosa, "respeto y un reconocimiento positivo del hecho religioso, frente a un intento de imponer el laicismo".

Esa misma semana, en un programa de la BBC, el primer ministro inglés Tony Blair declaraba: "si hablas de tu fe religiosa, la gente te toma por un pirado". También a él le quedaban unos meses para anunciar su conversión al catolicismo. La diferencia es que Aroz ha luchado por defender la bioética católica basada en la ley natural, mientras que Blair aún no ha mostrado un catolicismo coherente en los temas de clonación, aborto ni matrimonio.

En la inmensa mayoría de países, Mercedes Aroz habría podido seguir siendo senadora socialista y defender la vida, el matrimonio y la libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos. En España, después de años de intentar conciliar su fe y su cargo político, la radicalidad del particular socialismo español se lo ha hecho imposible.

Varios políticos socialistas salieron al paso expresando su respeto por la decisión y repitiendo un "mantra": que se puede ser socialista y católico. Pero, pese a años de discreción y silencio, Mercedes Aroz, con su ejemplo y coherencia, con su vida misma, pone en cuestión, por la vía de los hechos, que el cristianismo sea compatible con el proyecto abortista y anti-familia del socialismo español actual.

viernes, 28 de noviembre de 2008

EL MUNDO NO ES ORIGINADO POR EL CAOS; ES UN COSMOS



CIUDAD DEL VATICANO, 31 OCT 2008 (VIS).-El Papa recibió hoy a los miembros de la Pontificia Academia de las Ciencia, que celebran su sesión plenaria del 31 de octubre al 3 de noviembre sobre el tema: “Perspectivas científicas sobre la evolución del universo y de la vida”.

El Santo Padre afirmó al inicio de su discurso que tanto Pío XII como Juan Pablo II pusieron de relieve que “no existe una oposición entre la comprensión por la fe de la creación y la evidencia de las ciencias empíricas. La filosofía, en sus primeras etapas, había propuesto imágenes para explicar el origen del cosmos sobre la base de uno o más elementos del mundo material. Este génesis no se consideró una creación, sino más bien una mutación del origen del mundo”.

“Para desarrollarse y evolucionar, el mundo debe ser en primer lugar, y por tanto tiene que proceder de la nada para poder ser. Es decir, debe ser creado por el primer Ser, que es tal en esencia”.

“Señalar que la fundación del cosmos y su evolución es la sabiduría providente del Creador, no significa -continuó Benedicto XVI- que la creación tiene que ver solo con el inicio de la historia del mundo y de la vida. Implica más bien que el Creador funda esa evolución, la respalda y sostiene continuamente”.

Tras recordar que Galileo “concibió la naturaleza como un libro cuyo autor es Dios, del mismo modo que Dios es el autor de la Escritura”, el Papa subrayó que “esta imagen también nos ayuda a comprender que el mundo, lejos de ser originado por el caos, se parece a un libro ordenado; es un cosmos”.

“La distinción entre un simple ser vivo y un ser espiritual que es “capax Dei”, indica la existencia del alma intelectiva de un sujeto libre y trascendente. Por eso -terminó-, el Magisterio de la Iglesia ha afirmado constantemente que “toda alma espiritual es creada inmediatamente por Dios -no es “producida” por los padres- y también que es inmortal”. Esto indica la peculiaridad de la antropología e invita al pensamiento moderno al estudio de ella”.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Una película sobre el matrimonio arrasa en los cines de EE UU


"Es una película que da esperanza a la gente y la inspira para que puedan salvar sus matrimonios".

"Porque el amor no falla"

Apenas contaba con un presupuesto de medio millón de dólares, una cifra irrisoria para la Meca del cine. Pero "Fireproof" ("A prueba de fuego"), una película de valores cristianos rodada por una productora ligada a la Iglesia baptista, ya ha recaudado cerca de 17 millones de dólares, casi 34 veces más. Desde hace un mes, la cinta se ha abierto un hueco entre los "taquillazos" de Estados Unidos, por encima de otras cintas como "El milagro de Santa Ana", de Spike Lee.

Tan solo hay un rostro conocido en la película: Kirk Cameron, que saltó a la fama en los 80 con la serie "Los problemas crecen". El resto son actores noveles, voluntarios de la Iglesia baptista.

Cameron representa a un bombero reconocido en su trabajo, pero con un matrimonio a punto de fracasar. Ante esta situación, su padre le regala un libro, "Atreverse a amar" –que la pasada semana alcanzó el cuarto puesto de ventas en el portal de internet Amazon, con casi un millón de ejemplares vendidos–, que propone un método basado en la Biblia a aplicar durante 40 días para reflotar el matrimonio. "Es una película que da esperanza a la gente y la inspira para que puedan salvar sus matrimonios", defiende el protagonista. "El amor, al final, no falla, siempre que vuelques tu corazón, tu tiempo y tu energía en las cosas que realmente importan", añade Cameron.

Los hermanos Kendrick, directores de la película y pastores de la Iglesia baptista, han restado importancia a su enorme éxito. "No poseemos la preparación ni somos lo suficientemente inteligentes para hacer películas exitosas y escribir best-sellers. La única forma para que esto haya sucedido es que primero rezamos, y luego Dios se encargó de responder a nuestras oraciones", afirman convencidos.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Consejos para un noviazgo maduro



Ricardo Ruvalcaba

Escuela de amor

En la Jornada Mundial de la Juventud de Paris, un joven le preguntó a Juan Pablo II: “¿Qué está bien y qué está mal en el noviazgo?” A lo que el Papa respondió: “Está bien lo que puedes hacer enfrente de tu mamá”. Si Cristo te pide ser casto en el noviazgo, dile que sí. Nosotros no somos nadie para darle lecciones de felicidad al creador de la felicidad.

El noviazgo es para escoger a tu acompañante para la vida y a la madre o padre de tus hijos. “El que sólo ama hoy y no le interesa amar mañana, no sabe lo que es el amor, pero sí el capricho. El verdadero amor quiere durar para siempre”. Aunque toda convivencia a la larga traiga problemas.

Ninguna persona es un objeto de placer para satisfacer tus pasiones desordenadas. Tu pareja no es un objeto para que tú puedas disfrutar de ella. Si tu usas a tu pareja y ella te usa a ti para proporcionarse mutuamente placer, sólo están viviendo una “comunión de egoísmos”. Eso es rebajarse a simples objetos de placer recíproco. El verdadero amor busca en el otro no algo para disfrutar, sino alguien a quien hacer feliz. No eres novio de un cuerpo, sino de una persona con cuerpo y alma. La felicidad de tu pareja debe ser tu propia felicidad. Recuerda que el regalo más grande que le puedes ofrecer a tu futuro esposo o esposa es llegar virgen a tu matrimonio. Dice Jorge Loring que “todos prefieren una de estreno. Nadie quisiera una de segunda o quinta mano”.

Sé fiel a tu pareja como quieras que ella lo sea contigo. La infidelidad es el cáncer del amor. Busca una pareja que vista con pudor. Quien viste sin pudor quiere que la aprecien por lo que su cuerpo ofrece y no tanto por lo que ella es. Que tus dones físicos nunca te aparten de tu dignidad y de la vida de gracia.

El noviazgo es la escuela donde se aprende a amar como preparación inmediata para el matrimonio. “Escuela del amor. Esto debe ser el noviazgo. La escuela en la que dos jóvenes se conocen a fondo y aprenden a amarse de veras, a desprenderse de sí mismos para darse al otro y dar vida a otros, sus futuros hijos”. El noviazgo es para conocerse, aceptarse y superarse en pareja. En el noviazgo abre los ojos y en el matrimonio ciérralos un poco.

El mejor consejo

Para perseverar en el amor durante el noviazgo hay que vivir el consejo de las tres “Des”: Dios. Diálogo. Detalles.

a. Dios: pareja que reza unida, permanece unida.

b. Diálogo: Mayor será la armonía matrimonial cuanto mayor sea la armonía espiritual. ¿Cuáles son sus convicciones respecto a la religión, al matrimonio, a la apertura a la vida, a la educación de los posibles hijos...? ¿Está madurando nuestro amor? ¿Hay armonía en nuestras relaciones o son frecuentes los roces y las discusiones? ¿Por qué? ¿Nuestras aficiones e ideales se complementan armónicamente o son causa permanente de discordias?

c. Detalles: el amor nunca puede estar ocioso. Cada recuerdo es un alimento del amor. Un recuerdo da alegría, pero un detalle aumenta el amor. El amor es un fuego que hay que mantenerlo vivo. Séneca afirmó: “Si quieres ser amado, ama”.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Los 78 minutos de David Beckham


Hijo de un montador de cocinas y de una peluquera, David Beckham se ha convertido en un verdadero “espectáculo” futbolístico del siglo XXI.
Jorge Ranninger

Como lo más normal

Durante los años 2003 y 2004 fue el deportista más clickado en Google. Al día de hoy es considerado el atleta mundial más requerido por las “revistas del corazón”, y noveno en la lista general. En estos días, con su posible préstamo al Milán italiano, no deja de aparecer en los periódicos deportivos. Recientemente la revista financiera Forbes publicó la lista de las 100 celebridades del mundo, en donde Beckham se encuentra en el número 5. Según una encuesta realizada por la Universidad de Leiscester, los jóvenes británicos señalan a David Beckham como la persona que más admiran en toda la Historia. No es poca cosa… Pero no son ciertamente éstas las virtudes que más me llaman la atención y en las que me quiero fijar.

He seguido en estos últimos años la carrera deportiva de Beckham. Y ha habido actitudes que me han llamado fuertemente la atención. Son pequeños detalles, que saltan a la vista de repente, con un gesto o una reacción en medio de un partido. A veces son cosas insignificantes, pero dicen mucho. En la carrera de Beckham no me han dejado de sorprender, para bien. Y hay que saberlo reconocer. Ésta es una de ellas.

El 11 de octubre de 2008, hace unos días, la selección nacional inglesa, dirigida por el conocido Fabio Cappelo, jugó contra la selección de Kazajistán, en un partido de clasificación para el mundial del 2010.

De los 90 minutos que duró el partido, Beckham pasó 78 sentado en el banquillo a la derecha de Cappelo. No es que estuviera lesionado o sancionado. Alguno podría decir que no estaba en su mejor forma física, pero estoy seguro que no es ésta la razón.

En el minuto 79 Cappelo decidió dar entrada a Beckham en el terreno de juego. En esos once minutos restantes corrió, dio pase de gol, sudó la camiseta, luchó, celebró con sus compañeros los goles, peleó cada pelota… Finalmente lo ingleses ganaron 5 – 1.

Lo más difícil

Beckham que durante años fue capitán de la misma selección inglesa, figura indiscutible de algunos de los mejores equipos del mundo, solamente jugó 11 minutos. ¡Pero qué once minutos!

Y no me refiero a la calidad técnica, que no le falta, sino más bien a la demostración de saber estar. Aceptar y cumplir. Suena fácil pero no lo es. Cuando estás en ciertos niveles estos “detalles” duelen. Me viene a la mente ahora el partido de liga española que disputaron hace dos temporadas el Barcelona y el Racing de Santander. A pocos minutos del final del partido, Frank Rijkaard, entrenador del Barcelona, dispuso un cambio de jugador. El jugador que debía entrar al terreno de juego, se negó a hacerlo, y no entró.

Un jugador debe saber aceptar la realidad. Cumplir con la misión que le toca en este tipo de momentos. Es en estas situaciones donde realmente sale a relucir la calidad humana del jugador. Callar, aceptar, cumplir. Entrenar y hacer equipo. De esto no se debería librar ningún jugador, galáctico o no galáctico.

Es cierto, hace falta un poco de humildad, o un mucho, pero sin esto no se llega nunca a ser un verdadero crack del fútbol. Dominar el balón, tener una buena visión de juego, rematar de manera espectacular, no es suficiente. No es sinónimo de ser un crack. 78 minutos sí es tiempo suficiente para demostrarlo.

¡Primero hombre, después crack!

domingo, 16 de noviembre de 2008

Woody Allen y el dragón



Jose Ramón Ayllon
jrayllon.es

La fuerza de la debilidad

"Existe un feroz dragón llamado tú debes, pero contra él arroja el superhombre las palabras yo quiero". Durante un siglo, esta pretensión de Nietzsche ha ido calando en los países occidentales hasta provocar una profunda inversión de la moral pensada y vivida. Un ejemplo elocuente lo encontramos en Woody Allen y en cualquiera de sus películas. Como Melinda y Melinda, nombre que se repite en el título quizá para subrayar que su creador también se repite y nos cuenta lo mismo en todos sus guiones: una inteligente y risueña justificación del sinsentido existencial y la infidelidad conyugal. Porque los personajes de casi todas sus películas se casan, se lían, se divorcian, se deprimen..., se casan de nuevo, se lían de nuevo, se divorcian de nuevo, se deprimen de nuevo... Son vidas donde cualquier idea sobre el deber o la responsabilidad es sofocada por una maleza de deseos y sentimientos que crecen sin control. Hace tiempo, en la contraportada del guión de Hannah y sus hermanas, publicado por Tusquets, encontré la expresión exacta de esa completa amoralidad. La perla decía: "Nada de lo que aquí hacen o dejan de hacer los personajes está bien o mal hecho, pues todos se conducen según sus propias debilidades".

En Melinda y Melinda, ya digo, encontramos más de lo mismo. Personajes que son marionetas de sus impulsos y podrían decir, como el Felipe de Mafalda: "Hasta mis debilidades son más fuertes que yo". Hombres y mujeres incapaces de llevar las riendas de sus vidas, abandonados al escapismo inmaduro del carpe diem. El amor es –para su creador– una quimera imposible, y lo sustituye por el sexo sin compromiso y los pequeños caprichos de una vida burguesa. En Woody Allen, la debilidad humana justifica casi todo en el terreno sexual, y eso también nos recuerda al Nietzsche que escoge al dios griego Dionisos como exponente máximo de un modo de vida que desea embriagarse en los instintos vitales.

De amor y felicidad

Igual que Nietzsche, Woody Allen tiene alergia al deber moral. Una aversión que le incapacita para ese compromiso estable que llamamos fidelidad. Y esa incapacidad pasa una enojosa factura: el guionista y sus personajes suelen acabar en el sillón del psiquiatra, mareados por los vientos cambiantes de sus propios caprichos. Quieren ser felices –como todo el mundo–, pero lo quieren a toda costa y a costa de los demás, que van a ser usados y manoseados como objetos de placer. Woody Allen intuye que la clave de la felicidad es el amor, y no se equivoca, pero su cabeza freudiana entiende por amor hacer el amor y poco más. Así –de forma irrefutable y sin pretenderlo–, Woody Allen nos demuestra que el placer es solo un ingrediente de la felicidad. Un ingrediente que ni siquiera es necesario, porque cuando pretendemos alcanzar la plenitud por el atajo del placer, esa plenitud se nos escapa. Woody Allen sabe que estamos hechos para la felicidad, pero parece desconocer que esa delicada sustancia se amasa con amor sacrificado y amistad generosa, con servicio a los demás y sentido trascendente de la vida. A pesar de todo, ese señor que dice ser lo suficientemente bajo y feo como para triunfar por sí mismo, nos desarma a menudo. Sus personajes, empeñados en ser personajillos a fuerza de cinismo, nos conmueven. Porque nosotros somos como ellos. O podríamos serlo.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

"La carreta vacía"



Alfonso Aguiló
www.interrogantes.net

De casi todo lo malo

«Caminaba despacio con mi padre, cuando él se detuvo en una curva y, después de un pequeño silencio, me preguntó: “Además del canto de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más?”. Agucé el oído y le respondí: “Oigo el ruido de una carreta”. “Eso es —dijo mi padre—, una carreta, pero una carreta vacía”. Pregunté a mi padre: “¿Cómo sabes que está vacía, si aún no la hemos visto?”.

»Entonces mi padre respondió: “Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por el ruido. Cuanto más vacía va la carreta, mayor es el ruido que hace”.

»Me convertí en adulto, y ahora, cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación, siendo inoportuna o arrogante, presumiendo de lo que tiene o de lo que es, mostrándose prepotente o menospreciando a los demás, tengo la impresión de oír de nuevo la voz de mi padre diciendo: "Cuanto más vacía va la carreta, mayor es el ruido que hace". La humildad hace callar a nuestras virtudes y permite a los demás descubrirlas, y nadie está más vacío que quien está lleno de sí mismo.»

Es interesante el mensaje que nos deja este viejo relato. Cuando imaginamos el paso de una carreta llena de carga, esforzada, silenciosa, un poco hundida por el peso que lleva, esa imagen nos transmite una sensación de plenitud y de silencio. Y algo parecido sucede con las personas. Hay vidas que están llenas de contenido, de esfuerzo y de sentido. Suelen ser vidas activas y luchadoras, pero hacen poco ruido. Son vidas que no cuadran con los alardes grandilocuentes de actividad, ni con los excesos de protagonismo personal, ni con ese individualismo que suele delatar ocultas faltas de rectitud y de sentido de servicio.

Tengo el convencimiento de que la soberbia es la clave de casi todos los conflictos humanos. Formas de soberbia más o menos elaboradas, más primarias o más sutiles, pero siempre la soberbia está en la raíz de las actitudes que los provocan. En las personas más simples, se nota enseguida. En las más inteligentes, cuesta un poco más, pues con el tiempo van aprendiendo a disimularlo.

Muchas variantes y común denominador

Cuando vemos que en torno a una persona los conflictos tienden a enconarse, o que surgen distanciamientos o desencuentros tontos, o que a su alrededor los equipos humanos se desunen o se rompen, casi siempre está detrás ese empeño vanidoso e histriónico de la soberbia. Puede adoptar muchas formas, pero casi siempre son variantes de lo mismo: ese afán un tanto ridículo por dejar constancia del propio mérito, la susceptibilidad enfermiza que quien se siente agraviado constantemente por auténticas simplezas, las pugnas y desavenencias absurdas por una pequeña cuota de protagonismo personal, los agradecimientos exigidos y contabilizados, las ayudas aparentemente desinteresadas pero que luego reclaman una sumisión perpetua, los consejos que se dan con aire liberal pero que luego se considera una traición que no se sigan. Todo eso suele estar tejido y comunicado por el correoso hilo de la soberbia, e identificado por la falta de calado y de silencio interior.

El que sabe, suele hablar poco; el que habla mucho, suele saber poco. El que profundiza en las cosas, suele hablar con prudencia y con mesura. Los que hablan a la ligera y hacen juicios precipitados sobre las personas o los asuntos, suelen hablar demasiado. Son personas que con su alma vacía hacen chirriar el ambiente en todo su entorno, como las carretas vacías. Y chirrían sobre todo porque les falta el aplomo de la verdad. Porque la verdad, sobre todo en las cosas más patentes e inmediatas, es lo que más enerva al soberbio, que ve a la verdad ahí, independiente de él, imponiendo todo el peso de sus exigencias intelectuales y morales. Porque la verdad fastidia su constante búsqueda de satisfacción personal, y eso no lo soportan.

jueves, 6 de noviembre de 2008

"Incrédulos"



Juan Manuel de Prada
ABC

Porque hay creencias y "creencias"

Vivimos una época extraña. El hombre de nuestro tiempo lee, por ejemplo, el pasaje evangélico de la multiplicación de los panes y los peces y sonríe con suficiencia; pero a continuación coge sus ahorrillos y los pone en manos de un agente de bolsa que le ha prometido devolvérselos en unos pocos meses convertidos en una suma fastuosa. Para refutar el milagro del Evangelio, el hombre de nuestro tiempo argumentará empleando las leyes de la ciencia empírica; para aceptar que sus ahorrillos le depararán una fortuna, recurrirá a abstrusas leyes bursátiles de dudoso cumplimiento. Lo cual nos confirma que los incrédulos suelen ser, precisamente, las personas que más denodadamente creen en aquellas cosas que el sentido común juzga increíbles.

La experiencia nos demuestra que a una generación de escépticos suele suceder una generación de místicos. La nuestra, sin duda, se trata de una generación de escépticos que miran al místico con una suerte de compasiva arrogancia, como si de un pobre diablo se tratase. Y uno estaría dispuesto a dejarse tratar de pobre diablo si los escépticos fueran coherentes con su escepticismo; pero, a poco que uno rasca, descubre que la incredulidad del escéptico sólo atañe a determinados asuntos. El mismo incrédulo que se carcajea de los enfermos que se confían a la intercesión de un santo está convencido de que vivirá más de cien años, gracias a no sé qué avances de la ingeniería genética que hasta la fecha sólo se han verificado en el ámbito especulativo. El mismo incrédulo que se burla de la existencia de un cielo donde los justos se están quietecitos, contemplando el rostro de Dios, cree a pies juntillas en la existencia de espectros viajeros que acuden a la llamada de un espiritista. Decía Chesterton que, cuando el hombre deja de creer en Dios, empieza a creer en cualquier cosa; y nuestra extraña época, tan descreída de lo trascendente, está dispuesta a creer en cualquier trivialidad o intrascendencia, con el agravante de encumbrarla a una categoría mayúscula. Y así, nos encontramos con gentes que creen en tal o cual Ideología que solucionará los problemas que afligen a la humanidad, o en un Progreso Indefinido que traerá la prosperidad a los pueblos, o en el Libre Mercado. En cambio, si al creyente en la Ideología o el Progreso o el Libre Mercado le decimos que creemos en la comunión de los santos o en la resurrección de la carne, de inmediato nos convertiremos en diana de sus escarnios.

Las críticas de siempre tan mal fundadas

Leonardo Castellani, en uno de sus memorables artículos, recoge un chiste protagonizado por un incrédulo que exclama orgulloso: «¡Yo no creo sino en lo que entiendo!». A lo que el crédulo le responde: «¡Ah! Con razón dice la gente que usted no cree en nada». El escepticismo de nuestra época consiste básicamente en negarse a entender, no ya la existencia, sino la posibilidad de una realidad trascendente; y en ponerse como un basilisco cuando alguien se niega a creer tan sólo en la realidad material. Hace algunas semanas publiqué en estas mismas páginas un artículo titulado Creacionismo en el que me atrevía a afirmar –¡oh, réprobo!– que la ciencia nunca podrá refutar la intervención divina en el origen del hombre; y que, en cambio, el mero sentido común nos enseña que ciertos misterios que rodean dicho origen no son explicables a la mera luz de las teorías evolutivas. He recibido cartas en las que se me tilda de fanático, supersticioso, botarate y no sé cuántas enormidades más; y otras, más educadas, que me acusan de carecer de suficiente `información´ (la `información´ es otro de los ídolos que nuestra época venera). Pero, por mucho acopio de información que uno recopilara, nunca podría explicarse por qué el hombre de las cavernas se puso un día a pintar; tampoco podría, por cierto, entender por qué, al salir de las cavernas, se puso de rodillas y empezó a adorar a Dios. El escéptico lo resolvería diciendo que el hombre se puso de rodillas porque sentía miedo; y que, por tanto, Dios es fruto de su temerosa imaginación. Afirmación que es al menos discutible; en cambio, si se nos ocurriera definir la Ideología, el Progreso o el Libre Mercado como productos del miedo, incurriríamos en falta gravísima ante los incrédulos.

A la postre, descubrimos que los crédulos son quienes creen en un Ser Supremo; los incrédulos, en cambio, creen indiscriminadamente en todo bicho viviente (o inanimado).

lunes, 3 de noviembre de 2008

Rockeros, cristianos y vírgenes



Son el nuevo fenómeno musical entre adolescentes de todo el mundo y la banda juvenil número uno en Estados Unidos. Rockeros, cristianos y vírgenes, los Jonas Brothers pasaron recientemente por España para recoger el disco de oro por su último trabajo, A Little Bit Longer. A pesar de enloquecer con su música a sus miles y miles de fans, el trío formado por los hermanos Kevin (19 años), Nick (16) y Joe Jonas (15) son un grupo de lo más atípico en el mundo del pop/rock: lucen anillos de pureza en sus dedos, símbolo de que mantendrán la virginidad hasta el matrimonio.


(Forum Libertas) Los hermanos Kevin, Nick y Joe son número uno en Estados Unidos y arrasan también en España, donde presentaron su último trabajo ‘A little bit longer’. Antítesis de la rebeldía que caracteriza a los grupos de rock, empezaron cantando en iglesias, viajan siempre en las giras acompañados por su familia, y en sus canciones de pop cristiano lanzan mensajes que tienen que ver con los valores.

Así se fabricaron

‘Los hermanos Jonas’ son originarios de Wyckoff, New Jersey (EE.UU.), y comenzaron su carrera hacia el éxito en 2005, cuando cerraron un contrato con Columbia Records. En sus inicios se hicieron llamar ‘Sons of Jonas’ (hijos de Jonas), pero después de varias propuestas acabaron con el nombre actual.

En agosto de 2006 lanzaron su primer álbum, It’s About Time, además de grabar el tema para una serie de Disney Chamnel, American Dragon: Jake Long. En diciembre de ese mismo año firmaron con Hollywood Records, propiedad de Disney.

En la primavera de 2007, Disney Channel emitió una serie de documentales, Jonas Brothers: Living the Dream; y en agosto llegó el bombazo: hicieron un cameo en Hanna Montana y sacaron su segundo álbum, Jonas Brothers, que vendió 1,4 millones de copias.

En enero de 2008 empezaron el Look Me in The Eyes Tour, que se prolongará hasta 2009, con 140 actuaciones, y se convertirá en una película. Además, este verano estrenaron el telefilme de Disney Channel Camp Rock, y lanzaron su último éxito discográfico, el álbum A Little Bit Longer, que ya ha vendido un millón de copias.

Histeria juvenil en Madrid

A su paso por Madrid, donde Kevin, Nick y Joe tuvieron un doble encuentro con sus fans, los Jonas Brothers provocaron una buena dosis de histeria colectiva entre niñas y adolescentes.

Primero, durante la presentación de A Little Bit Longer, y, después, cuando recogieron el disco de oro por su último trabajo y firmaron miles de autógrafos.

Durante la entrevista que les hicieron doce fans que habían ganado un concurso previamente, el trío de Jonas Brothers explicó que lo que más les mueve es “tocar la música que les gusta”. También comentaron que su sueño “es hacer una gira mundial y poder volver a España a tocar para vosotros”.