martes, 28 de abril de 2009

¡Me gusta ir de boda!



Remedios Falaguera
ConoZe.com

Aunque pretendan otra cosa

Estamos rodeados de casos de roturas familiares dolorosos que producen graves heridas en todos sus miembros, nos pretenden vender el matrimonio como una realidad que anula el libre desarrollo de nuestra personalidad. Vivimos una época marcada por el hedonismo y la inmediatez de satisfacciones que nos lleva irremediablemente a rechazar el compromiso, trivializar la sexualidad y, disociar matrimonio y descendencia haciendo que cada vez sea más difícil encontrar modelos que nos sirvan de referencia.

Aun así, ¡me gusta ir de boda! Ver a una pareja joven traspirando por todos los poros de su piel la ilusión de regalarse al otro, la alegría y coraje en el compromiso de «querer quererse» el resto de sus días, me llena de satisfacción. Mirarles a los ojos y darme cuenta de que no solo se casan porque se quieren, sino que se casan porque se querrán más aun en el futuro es como un remanso de aguas limpias en la profundidad de la charca sucia y maloliente en la que muchos pretenden que vivamos.

Para muchos, este maravilloso reto de darse y unirse en matrimonio para toda la vida, se presenta como un ideal inaccesible, como un deporte de alto riesgo, aparentemente peligroso y bajo unas condiciones especiales. Pero si nos planteamos el verdadero significado del matrimonio, y lo que de él se deriva, las responsabilidades que asumimos y la aventura que supone el «siempre te volvería a escoger a ti», sabremos que con mucho esfuerzo y una preparación adecuada somos capaces de hacer rafting, o mejor dicho, somos capaces de amar.

La adecuada disposición

Dicen los expertos en este tipo de deportes, que no necesitas mucha preparación física. Únicamente hay que tener en cuenta una serie de precauciones antes de realizar este tipo de actividades: «Es preciso realizar un cursillo, que se suele impartir por el monitor poco antes de iniciar el descenso. Además deberemos elegir trayectos adaptados a nuestro nivel. Pero lo más importante es mantener la calma en las situaciones difíciles, pensando que es un deporte de equipo y que la coordinación con los demás componentes del grupo es fundamental».

¡Me gusta ir de boda! Me gusta porque me recuerda que en este nuevo proyecto, que en mi caso solo dura 23 años, no es facil mantener el equilibrio y requiere un poco de esfuerzo. Por lo tanto, no podemos perder nunca el asombro por la naturaleza creada y antes de tomar impulso cada día, deberemos revisar los materiales y comprobar la fuerza de las aguas para adecuarnos a ellas. Una vez hecho todo esto, lanzarse a esta locura por hacer con nuestro «otro yo» es el deporte de alto riesgo más ...recomendable para la salud.

sábado, 25 de abril de 2009

“Cuando abortas sientes abandono y silencio, nadie quiere escucharte”


Entrevista con Esperanza Puente, sobre su libro-testimonio sobre aborto.

Se acaba de publicar en España "Rompiendo el silencio" (Editorial LibrosLibres), escrito por Esperanza Puente, que abortó hace quince años y hoy cuenta su experiencia de dolor y soledad. Además, la autora relata también casos de hombres y mujeres que ha conocido y que, al igual que ella, han sufrido el síndrome post-aborto. Un testimonio en primera persona de una terrible realidad oculta hasta la publicación de este libro.
MADRID, lunes 6 de abril de 2009 (ZENIT.org)

Rompiendo el silencio: testimonios de mujeres que sufrieron un aborto provocado
Esperanza Puente


¿Por qué escribir un libro contando tu propia experiencia de aborto? ¿Ayuda a cerrar la herida o a reabrirla?

Lo he escrito para dar a conocer a la opinión pública una realidad social oculta y que se sepa lo que una mujer sufre cuando aborta. Los 23 años que lleva la ley del aborto funcionando en representan un fracaso y una lacra para la sociedad española. También he querido que, además de mi testimonio, aparecieran otros de hombres y mujeres que forman parte de mi vida y cuyo caso me afectó especialmente. Son casos además representativos de distintos ámbitos y circunstancias. Pero, insisto, lo he escrito sobre todo para expresar esta realidad: lo que se vive y se sufre antes, durante y después de un aborto provocado.

¿Y qué se sufre?

Antes del aborto, cuando una mujer está embarazada, sigue sintiéndose sola, indefensa y desamparada. Nadie le explica qué opciones tiene, que abortar no es una solución sino un gran problema, que hay gente que le puede ayudar en sus preocupaciones...

Durante el propio aborto se siente dolor y desgarro. Es como una herida mortal que te deja devastada por dentro, física y mentalmente.

Después de acabar con tu embarazo, lo que sientes es abandono, silencio y soledad. A nadie le interesa escuchar a la mujer e intentar ayudarle en su problema, lo cual es una losa añadida al síndrome post aborto que de por sí sufre. En mi caso, sufrirlo en silencio me llevó a ser un "muerto viviente": tenía ansiedad, pesadillas, culpabilidad, me autolesionaba mirando niños... Llegué a pegar a mi propio hijo, momento en el que decidí que tenía que buscar ayuda. Y mi caso no es algo aislado, cada día hablo con mujeres a las que les pasa lo mismo. Por esto mismo tenía que contarlo en un libro.

Ante esto, ¿qué deberíamos hacer todos y qué debe hacer el Gobierno?

La sociedad debería tomar conciencia, adquirir formación en este tema para no dejarse engañar con eufemismos sobre la vida y muerte.

El Gobierno, por su parte, también debe tomar conciencia de lo que significa un aborto provocado para la mujer, y tiene que realizar un ejercicio de honestidad moral y admitir que no existe una demanda social para esta medida. La realidad del aborto está ahí, las consecuencias las vemos todos. Espero sinceramente que no apruebe esta nueva Ley que tiene tanto interés en sacar adelante.

¿Por qué?

El problema de este proyecto de ley es que se ha hecho sin consenso, porque comenzó creándose un comité de expertos pro-aborto. Ante la crítica unánime de todos, que pedíamos un comité en el que se pudiera oír la voz pro-vida y pro-mujer, el Gobierno creó una subcomisión para que cada grupo parlamentario presentara a sus expertos y se sacaran conclusiones. Pero la única conclusión es que ha sido un paripé, yo he participado y nadie del Gobierno tuvo la educación o la decencia de escuchar mi testimonio. Además, una vez que se ha sabido qué es lo que el Gobierno quería aprobar, se comprende que no ha tenido en cuenta a todos los que participamos en esa subcomisión. Creo que ha sido un escándalo.

¿A qué te dedicas actualmente? ¿Has entregado todo tu tiempo a esta causa?

Soy portavoz de la Fundación REDMADRE, una red solidaria de apoyo a la mujer que se enfrenta a un embarazo inesperado con dificultades. Informamos completa y verazmente, y además ofrecemos opciones porque creemos que la información da libertad. Si la mujer no está informada, se le aboca a sufrir un aborto, como cordero llevado al matadero.

¿Te ayuda personalmente a superar tu propio síndrome post-aborto escuchar a otras mujeres que pasan por lo mismo?

Sí, para mí es como una segunda liberación. Es cierto que cuando empecé a colaborar ya lo tenía superado, pero psicológicamente me ha ayudado.

miércoles, 22 de abril de 2009

Arantza Quiroga


Juan Manuel de Prada
ABC

Por ser libre

LOS voceros del Mátrix progre han reaccionado como la niña del exorcista ante unas declaraciones de la nueva presidenta del parlamento vasco, Arantza Quiroga, en las que se atreve a formular sin ambages su defensa de la vida desde la concepción y su acuerdo con las declaraciones recientes del Papa que solicitaban una humanización de la sexualidad. Pero la frase de Arantza Quiroga que más pataletas ha causado en el Mátrix progre es aquella en la que, sin juzgar lo que cada quisque haga con su vida, afirma: «Yo nunca usaría el preservativo». Lo cual, considerando que Arantza Quiroga es una mujer casada, significa algo tan simple como que aboga por la fidelidad conyugal; pero algo tan simple como abogar por la fidelidad conyugal constituye, por lo que se ve, un pecado gravísimo en el Mátrix progre, que se ha apresurado a calificar a Arantza Quiroga de ultraconservadora, ultracatólica y no sé cuántas soplapolleces más.

Arantza Quiroga reclama que se respete su opción de vida, como ella respeta otras formas de vida, sin que se la moteje de friqui. Arantza Quiroga encarna una opción de vida que, en efecto, el Mátrix progre escarnece y denigra incansablemente, señalando a las personas que la practican como peligrosos subversivos. ¿Y por qué lo hace, si a fin de cuentas esa opción de vida constituye una elección personal que no anhela imponerse sobre otras? Por una sencilla razón: el Mátrix progre persigue la virtud, pues sabe bien que la virtud es una formidable coraza contra su dominio; pero a la vez que la persigue la envidia, porque, en su fuero íntimo, las personas sin valores codician los valores que no alcanzan, como la zorra de la fábula codicia el racimo de uvas. Pero como esos valores le resultan inalcanzables, el Mátrix progre empieza por desdeñarlos rencorosamente, como hace la zorra de la fábula, convenciéndose de que las uvas están agraces. Más tarde, el Mátrix progre odia esos valores, los odia con minuciosidad y encono, y finalmente trata de invertirlos, retratando caricaturescamente a las personas virtuosas como seres repelentes o hipócritas.

El atractivo de la inmundicia

Una prueba de este proceso mental -ampliamente estudiado por la psicología-, que hunde sus raíces en el resentimiento más infame y cochambroso nos la ofrecía la semana pasada el gran estadista Pepiño Blanco, cuando afirmaba que las personas que encabezaban la manifestación contra el aborto son las mismas que luego abortan de tapadillo. Como el gran estadista Pepiño Blanco es incapaz de alcanzar el bien que movía a las personas que se manifestaban contra el aborto, necesita rencorosamente ensuciar ese bien, inalcanzable para él, e invertirlo, echando mano si es necesario de la infamia más burda y rastrera. Y una explicación psicológica semejante requiere la furiosa reacción del Mátrix progre ante las declaraciones de Arantza Quiroga. Nada consuela tanto al Mátrix progre como respirar una atmósfera donde la gente chapotea en los lodazales de la corrupción, convertida en piara; una atmósfera donde hasta las personas nobles se avergüenzan de su nobleza. Y nada le subleva tanto al Mátrix progre como una persona noble que desafía ese mandato de silencio, proclamando sin ambages su opción de vida.

Arantza Quiroga ha tenido valor para desafiar ese mandato de silencio. Y, para más inri, es inteligente, desenvuelta y hermosa: no concuerda con ese arquetipo de friqui lerdo, reprimido y más feo que Picio que el Mátrix progre ha impuesto caricaturescamente para caracterizar a las personas nobles. Auguro que Arantza Quiroga será perseguida con minuciosidad y encono por el Mátrix progre; pero también auguro que se convertirá en un espejo gozoso para muchas personas huérfanas de un modelo de nobleza. Zorionak, Arantza!

sábado, 18 de abril de 2009

La educación en positivo


Itxaso Valdajos
Licenciada en magisterio Educación Infantil (UPV).
Master en educación y asesoría familiar
Profesora del Colegio Erain-Txiki

La decisiva importancia del optimismo

El objetivo final en la educación de un niño consiste en que termine por encauzar su vida por sí mismo. Una buena estrategia para conseguirlo, consiste en reforzar las buenas actitudes, es decir, alabar la parte positiva del comportamiento del niño en vez de recriminarle todo el día sus malas acciones.

Los niños necesitan saber que nosotros, tanto padres como profesores, estamos satisfechos con ellos. Es su gran triunfo y recompensa.

Con esta actitud conseguiremos que el niño por ejemplo sea generoso, en vez de estar recalcándole todo el día lo “egoísta” que es. Si alabamos a un niño cuando hace bien las cosas, se sentirá estimulado para continuar su buen comportamiento, se sentirá feliz y lleno de satisfacción. Si el niño nota que sus padres y/o profesores están contentos cuando obedece, en su subconsciente rechazará la actitud de la desobediencia.

Es preferible emplear más tiempo en alabar los buenos comportamientos en los niños que castigar sus malas acciones.

Pero, ¿qué podemos hacer nosotros, padres y profesores para contribuir a mejorar el comportamiento y actitud de nuestros niños?. Adoptar actitudes positivas, por ejemplo:

Sonreírles a menudo y contagiarles nuestro buen humor. Para ello dejaremos el cansancio acumulado o nuestros problemas fuera de la clase o de casa.

Procurar ver el aspecto positivo de las cosas.

Cuando no podamos más contar hasta diez.

No ver problemas donde no los hay.

Ir por delante de ellos dándoles ejemplo. No podemos exigir a un niño que haga lo que nosotros no somos capaces de hacer.

Explicarles las cosas en el momento oportuno.

No caer en la tentación de pensar que los niños son demasiado pequeños para entender las cosas. Ellos entienden más de lo que imaginamos. A los niños hay que enseñarles a escuchar.

Sin amenazarles, ya que no siempre cumplimos esas amenazas. Los niños no nos tomarán en serio y perderemos toda credibilidad.