miércoles, 24 de diciembre de 2008

El filme ‘Bella’ triunfa en España: Un millón de euros de taquilla en tres semanas



Protagonizada por el actor mexicano provida Eduardo Verástegui, que se ha pronunciado en repetidas ocasiones en contra del aborto, la película lleva tres semanas entre las diez primeras. El filme está dirigido por el también mexicano Alejandro Monteverde.

ForumLibertas.com


Concebida para luchar contra el aborto

`Espero que Bella se convierta en
la voz de aquellos que no tienen voz´dice Verástegui sobre el filme

Bella ha sido apadrinada por el cantante Alejandro Sanz

La película Bella está teniendo un gran éxito de taquilla en España y ya ha recaudado en tan sólo tres semanas un millón de euros. El filme está dirigido por el mexicano Alejandro Monteverde y protagonizado por su compatriota Eduardo Verástegui, que en repetidas ocasiones se ha pronunciado en contra del aborto.

Rodada en 23 días, con un presupuesto por debajo de los tres millones de dólares y con sólo 105 copias, Bella es un claro ejemplo de cómo una buena película puede funcionar bien sin apenas publicidad.

En España, donde se estrenó el pasado 7 de noviembre, la película lleva tres semanas situada entre las diez primeras y se mantiene en el puesto 8. Así lo constatan las listas de Boxoffice.es y Cinetic.

En su primera semana, de entre los estrenos, Bella, con 290.000 euros de recaudación, sólo fue superada por la superproducción de Ridley Scott Red de Mentiras (1.790.000). La segunda semana pasó del puesto 9 al 8 y acumuló una recaudación de 687.097 euros.

De hecho, en Estados Unidos se convirtió en un fenómeno social y consiguió recaudar más de ocho millones de dólares, encabezando durante semanas el ranking de las diez películas más vistas del 2007.

“La voz de los sin voz”

El filme Bella relata la historia de una joven encinta que pierde el trabajo, y de un hombre que no logra recuperarse de un trágico accidente pasado. La amistad les cambia la vida y les da una nueva esperanza.

La cinta está protagonizada también por Tammy Blanchard, Manny Pérez y Ali Landry. En declaraciones a ZENIT, Eduardo Verástegui confiesa: “espero que mi película no sólo entretenga, sino que también deje un granito de fe, de amor y esperanza para todos los que la vean”.

“Espero que Bella se convierta en la voz de aquellos que no tienen voz, que defienda aquellos que no se pueden defender, me refiero a los inocentes y hermosos bebes que se encuentran en el vientre de sus madres y están corriendo el riesgo de ser abortados”, añade en la misma entrevista el actor mexicano.

Por otra parte, la campaña ‘Derecho a Vivir’ anima a unirse para verla, alquilando incluso salas de cine. Según indica la campaña, Bella ha cambiado la vida de cientos de personas en Estados Unidos: “¡Ahora tiene el potencial de hacerlo también en España! Si lo conseguimos, la película se mantendrá en cartelera durante más tiempo y podrá acceder a la gente que más necesita recibir su mensaje”.

Según los promotores de esta campaña, el filme “transmite un mensaje inequívocamente provida y en contra del aborto. Por eso, ahora que estamos luchando por el ‘Derecho a Vivir’, es esencial que demos a conocerla”.

Además del premio del público del Festival Internacional de Cine de Toronto, el filme ha recibido el premio a la mejor fotografía y mejor actor del Movieguide, el premio del Círculo de Directores de Cine de Hollywood en The Candlelight Forum, el premio del Instituto Smithsonian Latino Center..., el premio Alma por mejor actuación, y otros.

sábado, 20 de diciembre de 2008

¡Vive en cristiano la Navidad!: 10 consejos


Parece evidente que la Navidad se está descristianizando. No sólo porque la simbología religiosa desaparece de ciudades y comercios, sino también por los gastos desorbitados y la mentalidad hedonista con que la vivimos muchos de los que nos consideramos cristianos. Si queremos recristianizarla, hemos de comenzar por vivirla en su sentido más auténtico en el ámbito de nuestras familias. Por si a alguien le sirve, transcribo diez consejos que pienso pueden ayudarnos a ello.

Federico Gómez Pardo. www.PiensaunPoco.com

1. San Juan Bautista nos aconsejaba prepararla con conversión personal. ¿Qué mejor conversión que una buena confesión personal como la Iglesia ha dispuesto? Y por supuesto recomendar a nuestros allegados que hagan lo mismo.

2. Los ángeles la anunciaron con Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad. Hoy mucha gente trata de acomodar la voluntad de Dios a sus intereses personales. ¿Por qué no procuramos nosotros descubrir lo que Dios nos pide personalmente y tratamos de cumplir su voluntad para conseguir la paz interior, y con ésta contribuir a la paz en el mundo?

3. Jesús nace en un pesebre porque no hubo lugar para ellos en la posada. Hay mucha gente en nuestro entorno inmediato que carece de muchas cosas. ¿No podríamos tratar de descubrirlos y ayudarles en su indigencia? Y destinar parte de los gastos que teníamos previstos, para contribuir a las campañas que al respecto se organizan.

4. El hijo de Dios se nos hace como más cercano para que le tratemos con mayor facilidad. Son días para vivir una especial presencia de Dios. Todos los motivos navideños pueden ayudarnos a hacer oración. ¿Por qué no le hacemos caso al Papa y nos decidimos a rezar en familia los misterios de gozo del rosario delante del Belén?

5. Además se nos manifiesta como Niño. ¿No nos estará pidiendo que también nosotros nos hagamos como niños para tratarle, viviendo la Infancia espiritual, como recomendaba San Josemaría Escrivá en su libro Camino? Y que no se nos caigan los anillos por ayudar a los peques de la casa a poner el Belén y cantar villancicos.

6. Los pastores les ofrecieron regalos. Con ellos la Sagrada Familia pudo tener su pequeña celebración material del acontecimiento. Parece lógico que también nosotros celebremos materialmente la fiesta más grande del año y manifestemos nuestro afecto a los seres queridos con regalos. Pero, ¿lo haremos con sobriedad y sin despilfarros, como debió ocurrir en Belén?

7. Dios se hace hombre por amor a los hombres. ¿Sabremos entender su mensaje y manifestar nuestro amor acompañando a los que se encuentran solos, intentando comprender a los que no nos comprenden, y perdonando si por alguien nos sentimos ofendidos?

8. Jesús se nos manifiesta estos días acompañado siempre por María y José. Navidad es una fiesta para celebrarla en familia. ¿Lograremos prescindir de nuestros gustos y preferencias personales, y nos sacrificaremos para conseguir que nuestro hogar sea especialmente en estos días luminoso y alegre? No se logra gastando mucho, si no dándonos a nosotros mismos con iniciativa e ingenio.

9. El Hijo de Dios se hace hombre para que el hombre se haga hijo de Dios. ¿Sabremos estar a la altura de nuestra filiación divina, siendo ejemplares en nuestro comportamiento, y en el cumplimiento de nuestros deberes religiosos sin complejos ni gazmoñerías?

10. En Navidad hay mil motivos para estar alegres. ¿Será nuestra alegría, aquella interior que sale del alma y se transmite a los demás haciéndoles felices?

jueves, 18 de diciembre de 2008

Dios sí que tiene tiempo




"Nosotros tenemos siempre poco tiempo, especialmente para el Señor, a veces no sabemos o no queremos encontrarlo. En cambio, ¡Dios tiene tiempo para nosotros!". Benedicto XVI ha pronunciado estas palabras en los primeros días del Adviento

Conformar nuestra propia vida a la del Señor

Hablando en la homilía del Adviento, el Santo Padre explicó que “significa recordar la primera venida del Señor en la carne, pensando ya en su regreso definitivo, y al mismo tiempo, reconocer que Cristo presente entre nosotros se convierte en nuestro compañero de viaje en la vida de la Iglesia que celebra su misterio”.

Benedicto XVI dijo que “en esta perspectiva, el Adviento es para todos los cristianos un tiempo de espera y de esperanza, un tiempo privilegiado de escucha y de reflexión, siempre que nos dejemos guiar por la liturgia que invita a ir al encuentro del Señor que viene”.

“Ven Señor Jesús”: esta ardiente invocación de la comunidad cristiana de los inicios debe ser también nuestra aspiración constante, la aspiración de la Iglesia en todas las épocas, que anhela y se prepara para el encuentro de su Señor: “¡Ven hoy Señor -exclamó el Papa-, ayúdanos, ilumínanos, danos la paz, ayúdanos a vencer la violencia, ven Señor rezamos precisamente en estas semanas, Señor haz resplandecer tu rostro y nos salvaremos”.

Tras recordar la invitación del Evangelio de hoy a “velar”, el Santo Padre afirmó que esto significa “seguir al Señor, elegir lo que El ha elegido, amar lo que ha amado, conformar la propia vida a la suya; velar comporta transcurrir cada momento de nuestro tiempo en el horizonte de su amor sin dejarnos abatir por las inevitables dificultades y problemas cotidianos.

Dios nos da su tiempo

El Adviento que abre el nuevo año litúrgico "nos invita a reflexionar sobre la dimensión del tiempo", dijo el Papa, recordando que en nuestra época todos decimos "nos falta tiempo" porque el ritmo de la vida cotidiana se ha vuelto frenético. Pero sobre esta cuestión, la Iglesia tiene una "buena noticia": Dios nos da su tiempo. Nosotros tenemos siempre poco tiempo, especialmente para el Señor, a veces no sabemos o no queremos encontrarlo. En cambio, ¡Dios tiene tiempo para nosotros! (...) Nos da su tiempo porque ha entrado en la historia con su palabra y sus obras de salvación, para abrirla a la eternidad y hacerla historia de la alianza".

"Ante esta perspectiva, el tiempo es ya en sí mismo un signo fundamental del amor de Dios: un regalo que el ser humano (...) puede valorar, o por el contrario, estropear; acoger su significado, o descuidar con superficialidad".

El Santo Padre habló después de los tres puntos cardinales del tiempo que jalonan la historia de la salvación: la creación, la encarnación-redención y la parusía que comprende el juicio universal. "Pero estos tres momentos -explicó- no pueden entenderse como una simple sucesión cronológica. La creación es el origen de todo, pero es continua y se lleva a cabo en el arco del devenir cósmico, hasta el final de los tiempos. Del mismo modo, la encarnación-redención, que tuvo lugar en un tiempo histórico determinado que fue el paso de Jesús por la tierra, extiende su radio de acción a todo el tiempo precedente y a todo el siguiente. A su vez, la última venida y el juicio final, anticipados en la Cruz de Cristo, ejercen su influjo en la conducta de los seres humanos en todas las épocas".

"El Señor viene continuamente a nuestra vida (...) y este primer domingo nos vuelve a proponer el llamamiento de Jesús: ¡Velad!", porque "en la hora que sólo Dios conoce seremos llamados a dar cuentas de nuestra existencia". "Esto conlleva -concluyó el Papa- un despego de los bienes terrenales, un arrepentimiento sincero de los propios errores, una caridad efectiva hacia el prójimo y, sobre todo, un confiarse (...) a las manos de Dios, nuestro Padre tierno y misericordioso".

Adviento: Grito de esperanza

"El Adviento -dijo el Papa en su homilía- es por excelencia la estación espiritual de la esperanza y durante él la Iglesia entera está llamada a convertirse en esperanza, para ella misma y para el mundo. (...) Todo el pueblo de Dios se pone en marcha atraído por este misterio: nuestro Dios es el "Dios que llega" y nos llama a salirle al encuentro, (...) ante todo con esa forma universal de esperanza y de la espera que es la oración".

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Soñad y os quedaréis cortos


Miguel Aranguren
ALBA

Y el sueño se hizo realidad

La historia de la Iglesia no se escribe de hoy para mañana. Han sido precisos veinte siglos para llegar hasta donde estamos. Incluso, si me permiten el atrevimiento, han sido necesarios los herejes y apóstatas para afianzar el depósito de la fe, para que usted y yo, querido lector, caminemos tranquilamente por el mundo con la seguridad de que todo lo que hacemos colabora en el misterio de la salvación.

Por eso, sorprende la forma con la que el Espíritu Santo se ha adaptado a los nuevos tiempos. Lo que antaño exigía siglos hasta lograr su establecimiento y expansión (basta un análisis somero sobre la acción de las órdenes mendicantes a lo largo del medioevo), ahora parece coser y cantar. San Josemaría, que fue un sacerdote con dones proféticos, animaba a los primeros jóvenes que se acercaban al Opus Dei a soñar. Si trato de ponerme en el pellejo de aquellos muchachos, mis sueños de expansión apostólica hubiesen saltado de Madrid a Guadalajara, por ejemplo, o a Tordesillas en el caso de hacer un esfuerzo de audacia. Pero san Josemaría fue testigo en vida de que era voluntad de Dios una difusión rápida y universal de la Obra, tal y como aquellos jóvenes y otros que se les unieron comenzaron a poner en práctica en Valencia, Barcelona, Valladolid…, Japón, Australia, Chile o México. Si consideramos que el Opus Dei fomenta una vivencia radical del Evangelio en medio de las situaciones cotidianas, la expansión resulta todavía más increíble. Porque otra cosa sería si habláramos de una industria de refrescos o de automóviles. No. Hablamos de cientos de miles de hombres y mujeres que aspiran a un grado heroico de santidad en un mundo al que no le ilusiona, precisamente, el mensaje exigente y misericordioso de Cristo.

La fortuna me permitió conocer a algunos de los primeros que llevaron la Obra a Kenia, el primer país del África negra en el que desembarcó el Opus Dei, al que algunas autoridades vaticanas calificaban con rechazo “adelantado a los ritmos de la Iglesia en, al menos, cien años”. Pero aquellos hombres tenían el empeño de abrir en Nairobi el primer colegio interracial del continente (Strathmore nunca hizo diferencias por el color de la piel o las creencias de sus alumnos), en un país en el que se mantenía el apartheid colonial. “Soñad y os quedaréis cortos”, evocaban los corazones de aquellos primeros al tiempo que hacían balance de los medios que habían llevado para dar comienzo a semejante reto: una cruz, una imagen de la Virgen y la bendición del fundador. Hoy, cincuenta años después, como en tantos otros rincones del planeta, el Opus Dei es una llamarada de luz que surca la sabana y el trópico africano.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Me dejaron con mi hijo troceado»


La subcomisión del Congreso encargada de revisar la ley del aborto escuchó el desgarrador testimonio de Esperanza Puente, que hace 13 años acabó con la vida de su hijo.
ABC

Abandono e indiferencia de los médicos

Han pasado ya trece años, pero la herida sigue abierta. Esperanza Puente se presentó, a requerimiento del PP, ante la subcomisión del Congreso encargada de revisar la ley del aborto con el objetivo de trasladar a los diputados un testimonio desgarrador: su dolorosa experiencia personal.

«He querido explicarles –señaló– lo que vivimos las mujeres cuando vamos a abortar. El miedo, la angustia, la soledad cuando te enfrentas a un embarazo inesperado y te abandona tu pareja, o no hay comprensión por parte de la familia, o te amenazan en el trabajo, «abortas o te despido», o hay exclusión social, o tienes problemas económicos...».

También quiso Esperanza hacerles comprender lo que es una clínica abortista, «lo que se sufre en un centro de éstos. En estos sitios nadie te cuenta nada. Pagas y no te dan factura. En la sala de espera, las mujeres caemos en un pozo sin fondo porque eso no es una sala de espera cualquiera. Allí nadie habla con nadie. Las mujeres lloramos sin lágrimas y gritamos sin voz. Cuando te pasan a hacer la ecografía no te enseñan el ecógrafo para que no puedas ver el tamaño de tu hijo...».

«No se olvida nunca»

Su mensaje ha sido tan duro como esclarecedor: «La muerte de un hijo no se olvida nunca. Y menos en mi caso. Yo tuve muy mala suerte, aunque lo que me sucedió les ha pasado a otras. En estas clínicas las mujeres somos lo que menos importa. A mí me dijeron que mi hijo era sólo un tejido, pero cuando acabaron con mi intervención, el señor que la hizo se largó, la señorita que le acompañaba también y me dejaron, ahí; a mi lado, los restos de mi hijo. Mi hijo tenía este tamaño –muestra un muñequito de unos diez centímetros ya perfectamente formado y reconocible como un niño– y la sorpresa que me llevé es que mi hijo estaba cortado en pedazos. Me faltó la respiración. No pude respirar durante unos segundos. Se me hicieron interminables. No sé cómo me vestí. Ni siquiera sé cómo llegué a casa. Y a partir de ahí sufrí el síndrome postaborto de una manera muy visceral».

«Es una realidad social –prosigue– que está oculta, que se debe dar a conocer porque en base al silencio que hay respecto a lo que es un aborto y lo que supone para la mujer, la sociedad está asumiendo que no pasa nada, que el aborto es un anticonceptivo más». «Pero sí pasa –asegura–, y a eso he venido al Congreso, a dar mi testimonio y a contar lo que sufrí en la más absoluta soledad y desamparo. La misma situación en la que se siguen encontrando hoy las mujeres. Después de un aborto, lo único que encontramos es silencio y soledad. No hay derecho a que en pleno siglo XXI esto siga ocurriendo».

Sentimiento de culpa

«A la mujer se le sigue diciendo «no te preocupes, no pasa nada. Tu hijo es un tejido, tu hijo es un grupo de células...». Recientemente, a una señora le dijeron que era un trozo de vesícula», se indigna.

«Hay falta de información. La información se da mal a conciencia. Los poderes públicos deben implicarse de una manera real y efectiva en ayudar a la mujer. Deben saber que las mujeres no queremos abortar, que no nos embarazamos de perritos, ni de lechugas ni de patatas. Nos embarazamos de hijos y por lo tanto perdemos hijos. Y esa pérdida por nuestros hijos es exactamente igual que la sufre una mujer cuando se le mata un hijo en un accidente de tráfico. La diferencia es que nosotras tenemos que enfrentar el sentimiento de culpa por haber participado en la pérdida de nuestros hijos. El síndrome postaborto sale a la luz en cualquier etapa de tu vida, en cualquier momento de la existencia vital de una mujer. Es algo inevitable», apostilla.

Su experiencia es la de la inmensa mayoría de las mujeres que abortan. Lleva cuatro años colaborando con la Fundación Redmadre: «Lo que he explicado es lo que me pasó a mí, pero es muy parecido a lo que me cuentan las mujeres».

viernes, 12 de diciembre de 2008

El aborto solo destroza la vida de miles de mujeres


Mujer que abortó en Barcelona

Montserrat, una mujer que abortó el mes pasado en el centro de abortos Les Corts de esta ciudad, pidió a los diputados que ven la reforma en la ley del aborto en España que piensen bien su decisión pues ella, que decidió abortar al que sería su tercer hijo, es una prueba de que estas practicas sólo destrozan la vida de miles de mujeres(ACI).

Ahora con un problema mayor

En este testimonio, recogido por la Asociación de Víctimas del Aborto (AVA), Monserrat relata que temía por este embarazo, pues con su segundo hijo su pareja la había abandonado. Cuando fue a consultar sobre su caso en Salud y Familia de la Generalitat de Cataluña, le dieron como única alternativa el aborto. Con la subvención de esa institución llegó al centro de abortos Les Corts el 23 de octubre.

"Al llegar a la clínica Les Corts con mi hermana y una amiga yo estaba muy nerviosa porque yo realmente no quería abortar. Había un impulso en mí que me decía que lo hiciera y otro que me decía que no. No sabía realmente que hacer", explica.

Montserrat indicó que "pese a que le mencioné a la psicóloga de la clínica que había tenido tratamiento psiquiátrico durante cinco años, ella me dijo que la mejor opción en mi caso era el aborto ya que ya tenía suficiente carga con dos hijos. Además me mencionó que era joven y que después podría tener más".

La joven mujer relató también que le dieron un tranquilizante que rápidamente le hizo efecto y ya no pudo echarse para atrás porque la llamaron para que ingresara al quirófano.

"No te explican realmente que después de un aborto provocado sufres depresiones. Ellos solo lo hacen por negocio. La intervención solo duro cinco minutos. Llegué llorando y salí llorando. A mí no me han llamado más. Eché de menos que me dijeran que me lo pensara o que viniera otro día, no saben cuánto me pesa", cuenta.

Monserrat indicó que durante todo el proceso se sintió presionada por todos: "la clínica, las enfermeras, la psicóloga, todos. Cuando llegué a mi casa me preguntaba: ¿Que había hecho? Sabía que no me lo iba a devolver nadie. Desde ese día no como, no duermo bien, estoy con tranquilizantes para dormir, estoy mal", relata.

Luego de precisar que si Salud y Familia de la Generalitat no hubiera subvencionado el aborto, no se hubiera sometido a esta práctica infanticida. "Nos dan facilidad para abortar pero no para sacar adelante a nuestros hijos. Yo no me he sacado un problema, me he puesto un problema más grande encima de mi espalda con la muerte de mi hijo", concluye.

domingo, 7 de diciembre de 2008

17 años en prisión en las cárceles comunistas de Rumania.


Mons. Tertulian Lnga: ¡Contigo, Cristo!
En 1948, el régimen comunista de Rumanía liquidó la Iglesia greco-católica –uno de los ritos orientales de la Iglesia católica– forzándola a unirse con la Iglesia ortodoxa. Los siete obispos y muchos sacerdotes y laicos que no quisieron renunciar a la unidad con Roma fueron arrestados. Tertulian Langa, de 26 años, abogado y teólogo, fue arrestado entonces y pasó 17 años en prisión. Éste es el relato de su sufrimiento en prisión y de su unión a Cristo, extraído del documental Hacia el sol, de Ayuda a la Iglesia Necesitada.

La tortura sin más explicaciones

Tenía estrechas relaciones con el Episcopado y tenía contactos regulares con los obispos. Fui requerido por la Securitate para obtener información sobre la Iglesia y su actitud hacia el régimen comunista. Me golpearon sin que me hicieran una sola pregunta. Como no conseguían nada, cogieron un saco de arena del tamaño de una botella de un litro y comenzaron a golpearme en la cabeza: "¡Habla!" 50, 80, 1.000 veces, sin que me hicieran ni una sola pregunta. Sólo ¡Habla! ¡Habla! Era la noche de Juevedes Santo. Oí sonar las campanas en una iglesia cercana, y de repente recordé que Jesús también había sido golpeado, y empecé a repetir: ¡Jesús, Jesús! Gritaba a Jesús para sufrir juntos. Me miré las heridas e, inconsciente por los golpes, seguía diciéndome: Jesús está conmigo.

Empezaron a amenazarme con hacer daño a mi esposa. Sabían que sólo habíamos estado juntos durante tres meses después de nuestra boda, y que ella estaba embarazada. Decían: "La traeremos aquí y la golpearemos hasta que dé a luz ante tus ojos". No me rendí a sus amenazas, pero fue lo más difícil que he tenido que soportar en la vida.

Tras dos años de interrogatorios, me condenaron a 20 años de trabajos forzados. Me llevaron a una prisión, con celdas individuales, en completo aislamiento. Era una celda sin nada, sin cama, silla o mesa alguna, sólo barrotes y una ventana con rejas. Estábamos desnudos, el tiempo empeoraba, hacía viento y nevaba. De repente oí que alguien tocaba en la pared: "Nos han traído aquí para morir de frío. Recuerde esto: el que no camina, muere". Seguí su consejo y caminaba durante 23 horas al día. A las doce en punto, cuando el sol entraba en las celdas, nos parábamos y nos arrodillábamos, luego el sol se iba y nos helábamos de frío, y volvíamos a caminar. Así, durante cuatro meses. Quien se paraba, moría.

Yo no era sacerdote cuando me enviaron a prisión. Fue allí cuando fui consciente de mi vocación. Todos los días rezaba el Rosario con un grupo de compañeros. Durante todo ese tiempo en prisión, en que viví sin la Eucaristía, la oración fue mi único medio de comunión espiritual.

Me llevaron a otro sitio. Mi esposa y mi hija, que tenía seis años, vinieron a visitarme. Yo no la conocía porque había nacido estando yo en prisión. Ella me reconoció, aunque nunca me había visto, y exclamó: "¡Papá!" El oficial se conmovió y la levantó sobre la reja para que pudiera tocarla. La besé, y nunca olvidaré aquel sentimiento, un beso cortado por los alambres comunistas.

Catolicismo clandestino en la cárcel

Se me concedió el derecho a recibir correo. Entre las medicinas que recibí había una botella. Un oficial la probó y después escupió lo que había bebido a tierra. Era vino, dulce y nada amargo, pero Dios hizo el milagro de hacerle parecer a ese oficial que era un líquido amargo para escupirlo. Pudimos celebrar la Eucaristía con este vino, a escondidas, gracias a uno de los sacerdotes presos. Vertíamos ocho gotas de este vino con una gota de agua en una botella de penicilina. Guardábamos el Pan sagrado, sin saber quién podía necesitarlo en los días siguientes, y lo escondíamos en nuestra celda. Un día, tras volver del trabajo, uno de los oficiales más crueles de la prisión me estaba esperando: "¿Qué es esto? ¿Pan consagrado?" Contesté que sí, y entonces lo tiró todo al suelo. Me arrodillé y comencé a chupar todos los lugares donde yacía la Santa Eucaristía. Recogí todo lo que se podía recoger y me levanté. Entonces aquella bestia me preguntó: "¿Crees realmente? " Me eché a llorar y dije: "Sí, señor comandante, creo". Él se conmovió y, saliendo de la celda, me dijo: "Reza entonces por mi mujer, porque está enferma, tiene cáncer".

Cuando estaba al borde de mi resistencia, a fin de tomar fuerzas, me decía: Contigo, Cristo. No fue un lugar infernal, fue el lugar de mi consagración, fue el lugar donde muchas personas encontraron la fe, donde expiaron sus pecados. Por tanto, el diablo, si había querido hacernos sufrir, en realidad sirvió al designio santificante de Dios. El diablo estaba allí, pero estaba sentado a un lado, mordiéndose las uñas, viendo cómo había servido para aumentar nuestro amor a Jesús.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Mercedez Aroz da su testimonio de conversión al cristianismo



La ex senadora socialista plantea la abolición del aborto como "medida de progreso"
Mercedes Aroz dejó su escaño como senadora socialista en noviembre de 2007, anunciando su conversión al cristianismo. Pero no explicó cómo había sido esta conversión. Durante un año se negó a conceder entrevistas, diciendo que hablaría en el Congreso Católicos y Vida Pública. Pero, llegado el Congreso, tampoco se animó a aceptar entrevistas. Trajo su ponencia escrita y se limitó a leerla. Pero cuando un periodista usó el turno de preguntas para preguntarle por "la relación de su itinerario con la espiritualidad de los Hermanitos del Cordero y con Juan Pablo II", muy asombrada, la ex-senadora empezó a hablar.

"Me han preguntado por mi relación con los Hermanitos del Cordero, Juan Pablo II y mi conversión", empezó. "Tengo dos hijos. Toda la vida, en casa, los eduqué en los valores de la izquierda y del marxismo. Mi hijo menor, siendo estudiante, en una comuna, estaba en una situación delicada. Él conoció a los Hermanitos del Cordero y se convirtió al cristianismo."

Al llegar a este punto, la antigua marxista y cofundadora del PSC se emocionó, se le quebró la voz y casi llora. Los asistentes al Congreso de Católicos y Vida Pública le aplaudieron, también emocionados.

"Mi hijo ha sido... es difícil recordar esto ahora... ha sido un proceso de... ¡la Gracia de Dios!", dice. Los Hermanitos del Cordero son una orden de monjes y monjas mendicantes, pobres, jóvenes en su mayoría, que viven en los barrios más deprimidos de las grandes ciudades, vestidos con hábitos de color azul.

Mercedes Aroz recordó que "En verano del año 2000 fueron las Jornadas de la Juventud en Roma. Mi hijo estuvo allí; los Hermanitos del Cordero le ayudaron en su proceso, pero realmente él se convirtió de la mano de Juan Pablo II", especificó, refiriéndose al encuentro de dos millones de jóvenes con el Papa polaco en la explanada de Tor Vergata, la mayor reunión juvenil de la historia de Occidente.

"Ese verano leí un artículo de una periodista de izquierda, que ponía el foco en los encuentros de Roma, la afluencia de jóvenes. ¿Qué le pasaba a la izquierda, nuestros ideales dónde estaban, por qué no teníamos capacidad de convocatoria? Ese artículo me hizo reflexionar sobre mis ideales", dijo quien fuera miembro de la Liga Comunista Revolucionaria en su juventud.

"A finales de ese año recibí la llamada de Dios. ¡Bueno, Mercedes, ya está bien! ¡Yo no recordaba ni el Padrenuestro! Empezó ahí mi proceso. Me formé, básicamente, leyendo libros de Ratzinger", explicó, refiriéndose al entonces prefecto de la Doctrina de la Fe y actual Papa Benedicto XVI.

"En 2005 me encuentro el proyecto de ley para equiparar jurídicamente las uniones del mismo sexo con el matrimonio. Yo no sabía como argumentar en contra jurídicamente. Tomé entonces conciencia de la contradicción entre el proyecto socialista y el compromiso cristiano, que no es una ideología. Me pareció que no sólo debía votar en contra sino dar argumentos. Ahí fue el divorcio con el proyecto socialista", aseguró.

Más aún: "también voté después contra las leyes de manipulación genética. Y ya al final de mi etapa de senadora voté contra la ley de Memoria Histórica, no contra las familias que buscan a sus muertos, sino por su preámbulo de ideología discriminatoria, sin objetivos de reconciliación ni de verdadera memoria."

Preguntada por asistentes sobre si hay un proyecto laicista en el PSOE dijo: "Creo que el PSOE no tiene un proyecto laicista, pero están muy desorientados sobre qué es laicidad en una sociedad pluralista y democrática. Deberíamos debatir sobre la laicidad. Pero cuando se descalifica desde el poder político a los que nos oponemos al aborto y la eutanasia se impide el debate."

¿Y qué piensa de la corriente "Cristianos por el Socialismo"?, le preguntan.

"Durante la Transición eran personas que pensaban que el socialismo podía aportar algo en el tema de la defensa de la justicia social. Pero entonces, cuando yo era marxista, no veía como se podía ser también cristiano. Y ahora que soy cristiana, no veo como ser "cristiana por el socialismo". ¿No va primero el cristianismo? ¡Lo que hace falta es ser cristianos por el evangelio!", dice con convicción.

Un historial brillante en la política socialista

Mercedes Aroz fue en su juventud una marxista ortodoxa, militante de la Liga Comunista Revolucionaria. Se afilió al PSOE en 1976 y fue una de las fundadoras del PSC en 1978. Formó parte de la dirección política del PSC durante 18 años. Economista y asesora de UGT, fue diputada socialista de 1986 hasta el año 2000, cuando pasó al Senado. En 2004 se convirtió en la senadora más votada de la democracia, con 1,6 millones de votos en Barcelona (Pío García Escudero, del PP, la superaría en marzo de 2008 con 57.000 votos más en Madrid). Dejó el escaño en noviembre de 2007. La candidata socialista que la sustituyó en Barcelona, Maite Arqué, obtuvo en marzo 224.000 votos menos que ella.

Durante al menos 3 años escribió cartas en privado al presidente Rodríguez Zapatero pidiéndole moderación y reflexión en temas de vida y familia, sin ningún éxito. En junio de 2005, el senado votó contra el matrimonio homosexual: 136 a 119. Aroz y su compañero de bancada, Francisco Vázquez (laico carmelita, incombustible alcalde de La Coruña y hoy embajador en el Vaticano), se ausentaron para no votar a favor. Más aún, Aroz emitió un comunicado explicando que sus razones eran muy similares a las del líder socialista francés Lionel Jospin y la socialdemocracia europea: proteger a los niños, defender el matrimonio basado en la ley natural y ofrecer a los homosexuales otros pactos de convivencia. Fue una defensa valiente del matrimonio en boca de una mujer divorciada muchos años antes de experimentar la fe.

Al final, el matrimonio homosexual se aprobaría en el Congreso pese al voto en contra del Senado, el Consejo de Estado (dictamen 628/2004), la Real Academia de Legislación y Jurisprudencia, el Consejo General del Poder Judicial, 700.000 firmas de ciudadanos avaladas por la Junta Electoral Central y una manifestación de un millón de personas en Madrid el 18 de junio de 2005. Fue, sin duda alguna, la ley con menos consenso de la democracia española.

En noviembre de 2007, Mercedes Aroz hacía pública su conversión al cristianismo (que había empezado, en secreto, en el 2000) y en una nota daba las razones.

"Mi actual compromiso cristiano me ha llevado a discrepar con determinadas leyes del Gobierno que chocan frontalmente con la ética cristiana, como la regulación dada a la unión homosexual o la investigación con embriones, y que en conciencia no he podido apoyar", dijo.

"He querido hacer pública mi conversión para subrayar la convicción de la Iglesia Católica de que el cristianismo tiene mucho que decir a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, porque hay algo más que la razón y la ciencia", decía su texto. "A través de la fe cristiana se alcanza a comprender plenamente la propia identidad como ser humano y el sentido de la vida", proseguía. Además pedía, en nombre de la libertad religiosa, "respeto y un reconocimiento positivo del hecho religioso, frente a un intento de imponer el laicismo".

Esa misma semana, en un programa de la BBC, el primer ministro inglés Tony Blair declaraba: "si hablas de tu fe religiosa, la gente te toma por un pirado". También a él le quedaban unos meses para anunciar su conversión al catolicismo. La diferencia es que Aroz ha luchado por defender la bioética católica basada en la ley natural, mientras que Blair aún no ha mostrado un catolicismo coherente en los temas de clonación, aborto ni matrimonio.

En la inmensa mayoría de países, Mercedes Aroz habría podido seguir siendo senadora socialista y defender la vida, el matrimonio y la libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos. En España, después de años de intentar conciliar su fe y su cargo político, la radicalidad del particular socialismo español se lo ha hecho imposible.

Varios políticos socialistas salieron al paso expresando su respeto por la decisión y repitiendo un "mantra": que se puede ser socialista y católico. Pero, pese a años de discreción y silencio, Mercedes Aroz, con su ejemplo y coherencia, con su vida misma, pone en cuestión, por la vía de los hechos, que el cristianismo sea compatible con el proyecto abortista y anti-familia del socialismo español actual.

viernes, 28 de noviembre de 2008

EL MUNDO NO ES ORIGINADO POR EL CAOS; ES UN COSMOS



CIUDAD DEL VATICANO, 31 OCT 2008 (VIS).-El Papa recibió hoy a los miembros de la Pontificia Academia de las Ciencia, que celebran su sesión plenaria del 31 de octubre al 3 de noviembre sobre el tema: “Perspectivas científicas sobre la evolución del universo y de la vida”.

El Santo Padre afirmó al inicio de su discurso que tanto Pío XII como Juan Pablo II pusieron de relieve que “no existe una oposición entre la comprensión por la fe de la creación y la evidencia de las ciencias empíricas. La filosofía, en sus primeras etapas, había propuesto imágenes para explicar el origen del cosmos sobre la base de uno o más elementos del mundo material. Este génesis no se consideró una creación, sino más bien una mutación del origen del mundo”.

“Para desarrollarse y evolucionar, el mundo debe ser en primer lugar, y por tanto tiene que proceder de la nada para poder ser. Es decir, debe ser creado por el primer Ser, que es tal en esencia”.

“Señalar que la fundación del cosmos y su evolución es la sabiduría providente del Creador, no significa -continuó Benedicto XVI- que la creación tiene que ver solo con el inicio de la historia del mundo y de la vida. Implica más bien que el Creador funda esa evolución, la respalda y sostiene continuamente”.

Tras recordar que Galileo “concibió la naturaleza como un libro cuyo autor es Dios, del mismo modo que Dios es el autor de la Escritura”, el Papa subrayó que “esta imagen también nos ayuda a comprender que el mundo, lejos de ser originado por el caos, se parece a un libro ordenado; es un cosmos”.

“La distinción entre un simple ser vivo y un ser espiritual que es “capax Dei”, indica la existencia del alma intelectiva de un sujeto libre y trascendente. Por eso -terminó-, el Magisterio de la Iglesia ha afirmado constantemente que “toda alma espiritual es creada inmediatamente por Dios -no es “producida” por los padres- y también que es inmortal”. Esto indica la peculiaridad de la antropología e invita al pensamiento moderno al estudio de ella”.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Una película sobre el matrimonio arrasa en los cines de EE UU


"Es una película que da esperanza a la gente y la inspira para que puedan salvar sus matrimonios".

"Porque el amor no falla"

Apenas contaba con un presupuesto de medio millón de dólares, una cifra irrisoria para la Meca del cine. Pero "Fireproof" ("A prueba de fuego"), una película de valores cristianos rodada por una productora ligada a la Iglesia baptista, ya ha recaudado cerca de 17 millones de dólares, casi 34 veces más. Desde hace un mes, la cinta se ha abierto un hueco entre los "taquillazos" de Estados Unidos, por encima de otras cintas como "El milagro de Santa Ana", de Spike Lee.

Tan solo hay un rostro conocido en la película: Kirk Cameron, que saltó a la fama en los 80 con la serie "Los problemas crecen". El resto son actores noveles, voluntarios de la Iglesia baptista.

Cameron representa a un bombero reconocido en su trabajo, pero con un matrimonio a punto de fracasar. Ante esta situación, su padre le regala un libro, "Atreverse a amar" –que la pasada semana alcanzó el cuarto puesto de ventas en el portal de internet Amazon, con casi un millón de ejemplares vendidos–, que propone un método basado en la Biblia a aplicar durante 40 días para reflotar el matrimonio. "Es una película que da esperanza a la gente y la inspira para que puedan salvar sus matrimonios", defiende el protagonista. "El amor, al final, no falla, siempre que vuelques tu corazón, tu tiempo y tu energía en las cosas que realmente importan", añade Cameron.

Los hermanos Kendrick, directores de la película y pastores de la Iglesia baptista, han restado importancia a su enorme éxito. "No poseemos la preparación ni somos lo suficientemente inteligentes para hacer películas exitosas y escribir best-sellers. La única forma para que esto haya sucedido es que primero rezamos, y luego Dios se encargó de responder a nuestras oraciones", afirman convencidos.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Consejos para un noviazgo maduro



Ricardo Ruvalcaba

Escuela de amor

En la Jornada Mundial de la Juventud de Paris, un joven le preguntó a Juan Pablo II: “¿Qué está bien y qué está mal en el noviazgo?” A lo que el Papa respondió: “Está bien lo que puedes hacer enfrente de tu mamá”. Si Cristo te pide ser casto en el noviazgo, dile que sí. Nosotros no somos nadie para darle lecciones de felicidad al creador de la felicidad.

El noviazgo es para escoger a tu acompañante para la vida y a la madre o padre de tus hijos. “El que sólo ama hoy y no le interesa amar mañana, no sabe lo que es el amor, pero sí el capricho. El verdadero amor quiere durar para siempre”. Aunque toda convivencia a la larga traiga problemas.

Ninguna persona es un objeto de placer para satisfacer tus pasiones desordenadas. Tu pareja no es un objeto para que tú puedas disfrutar de ella. Si tu usas a tu pareja y ella te usa a ti para proporcionarse mutuamente placer, sólo están viviendo una “comunión de egoísmos”. Eso es rebajarse a simples objetos de placer recíproco. El verdadero amor busca en el otro no algo para disfrutar, sino alguien a quien hacer feliz. No eres novio de un cuerpo, sino de una persona con cuerpo y alma. La felicidad de tu pareja debe ser tu propia felicidad. Recuerda que el regalo más grande que le puedes ofrecer a tu futuro esposo o esposa es llegar virgen a tu matrimonio. Dice Jorge Loring que “todos prefieren una de estreno. Nadie quisiera una de segunda o quinta mano”.

Sé fiel a tu pareja como quieras que ella lo sea contigo. La infidelidad es el cáncer del amor. Busca una pareja que vista con pudor. Quien viste sin pudor quiere que la aprecien por lo que su cuerpo ofrece y no tanto por lo que ella es. Que tus dones físicos nunca te aparten de tu dignidad y de la vida de gracia.

El noviazgo es la escuela donde se aprende a amar como preparación inmediata para el matrimonio. “Escuela del amor. Esto debe ser el noviazgo. La escuela en la que dos jóvenes se conocen a fondo y aprenden a amarse de veras, a desprenderse de sí mismos para darse al otro y dar vida a otros, sus futuros hijos”. El noviazgo es para conocerse, aceptarse y superarse en pareja. En el noviazgo abre los ojos y en el matrimonio ciérralos un poco.

El mejor consejo

Para perseverar en el amor durante el noviazgo hay que vivir el consejo de las tres “Des”: Dios. Diálogo. Detalles.

a. Dios: pareja que reza unida, permanece unida.

b. Diálogo: Mayor será la armonía matrimonial cuanto mayor sea la armonía espiritual. ¿Cuáles son sus convicciones respecto a la religión, al matrimonio, a la apertura a la vida, a la educación de los posibles hijos...? ¿Está madurando nuestro amor? ¿Hay armonía en nuestras relaciones o son frecuentes los roces y las discusiones? ¿Por qué? ¿Nuestras aficiones e ideales se complementan armónicamente o son causa permanente de discordias?

c. Detalles: el amor nunca puede estar ocioso. Cada recuerdo es un alimento del amor. Un recuerdo da alegría, pero un detalle aumenta el amor. El amor es un fuego que hay que mantenerlo vivo. Séneca afirmó: “Si quieres ser amado, ama”.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Los 78 minutos de David Beckham


Hijo de un montador de cocinas y de una peluquera, David Beckham se ha convertido en un verdadero “espectáculo” futbolístico del siglo XXI.
Jorge Ranninger

Como lo más normal

Durante los años 2003 y 2004 fue el deportista más clickado en Google. Al día de hoy es considerado el atleta mundial más requerido por las “revistas del corazón”, y noveno en la lista general. En estos días, con su posible préstamo al Milán italiano, no deja de aparecer en los periódicos deportivos. Recientemente la revista financiera Forbes publicó la lista de las 100 celebridades del mundo, en donde Beckham se encuentra en el número 5. Según una encuesta realizada por la Universidad de Leiscester, los jóvenes británicos señalan a David Beckham como la persona que más admiran en toda la Historia. No es poca cosa… Pero no son ciertamente éstas las virtudes que más me llaman la atención y en las que me quiero fijar.

He seguido en estos últimos años la carrera deportiva de Beckham. Y ha habido actitudes que me han llamado fuertemente la atención. Son pequeños detalles, que saltan a la vista de repente, con un gesto o una reacción en medio de un partido. A veces son cosas insignificantes, pero dicen mucho. En la carrera de Beckham no me han dejado de sorprender, para bien. Y hay que saberlo reconocer. Ésta es una de ellas.

El 11 de octubre de 2008, hace unos días, la selección nacional inglesa, dirigida por el conocido Fabio Cappelo, jugó contra la selección de Kazajistán, en un partido de clasificación para el mundial del 2010.

De los 90 minutos que duró el partido, Beckham pasó 78 sentado en el banquillo a la derecha de Cappelo. No es que estuviera lesionado o sancionado. Alguno podría decir que no estaba en su mejor forma física, pero estoy seguro que no es ésta la razón.

En el minuto 79 Cappelo decidió dar entrada a Beckham en el terreno de juego. En esos once minutos restantes corrió, dio pase de gol, sudó la camiseta, luchó, celebró con sus compañeros los goles, peleó cada pelota… Finalmente lo ingleses ganaron 5 – 1.

Lo más difícil

Beckham que durante años fue capitán de la misma selección inglesa, figura indiscutible de algunos de los mejores equipos del mundo, solamente jugó 11 minutos. ¡Pero qué once minutos!

Y no me refiero a la calidad técnica, que no le falta, sino más bien a la demostración de saber estar. Aceptar y cumplir. Suena fácil pero no lo es. Cuando estás en ciertos niveles estos “detalles” duelen. Me viene a la mente ahora el partido de liga española que disputaron hace dos temporadas el Barcelona y el Racing de Santander. A pocos minutos del final del partido, Frank Rijkaard, entrenador del Barcelona, dispuso un cambio de jugador. El jugador que debía entrar al terreno de juego, se negó a hacerlo, y no entró.

Un jugador debe saber aceptar la realidad. Cumplir con la misión que le toca en este tipo de momentos. Es en estas situaciones donde realmente sale a relucir la calidad humana del jugador. Callar, aceptar, cumplir. Entrenar y hacer equipo. De esto no se debería librar ningún jugador, galáctico o no galáctico.

Es cierto, hace falta un poco de humildad, o un mucho, pero sin esto no se llega nunca a ser un verdadero crack del fútbol. Dominar el balón, tener una buena visión de juego, rematar de manera espectacular, no es suficiente. No es sinónimo de ser un crack. 78 minutos sí es tiempo suficiente para demostrarlo.

¡Primero hombre, después crack!

domingo, 16 de noviembre de 2008

Woody Allen y el dragón



Jose Ramón Ayllon
jrayllon.es

La fuerza de la debilidad

"Existe un feroz dragón llamado tú debes, pero contra él arroja el superhombre las palabras yo quiero". Durante un siglo, esta pretensión de Nietzsche ha ido calando en los países occidentales hasta provocar una profunda inversión de la moral pensada y vivida. Un ejemplo elocuente lo encontramos en Woody Allen y en cualquiera de sus películas. Como Melinda y Melinda, nombre que se repite en el título quizá para subrayar que su creador también se repite y nos cuenta lo mismo en todos sus guiones: una inteligente y risueña justificación del sinsentido existencial y la infidelidad conyugal. Porque los personajes de casi todas sus películas se casan, se lían, se divorcian, se deprimen..., se casan de nuevo, se lían de nuevo, se divorcian de nuevo, se deprimen de nuevo... Son vidas donde cualquier idea sobre el deber o la responsabilidad es sofocada por una maleza de deseos y sentimientos que crecen sin control. Hace tiempo, en la contraportada del guión de Hannah y sus hermanas, publicado por Tusquets, encontré la expresión exacta de esa completa amoralidad. La perla decía: "Nada de lo que aquí hacen o dejan de hacer los personajes está bien o mal hecho, pues todos se conducen según sus propias debilidades".

En Melinda y Melinda, ya digo, encontramos más de lo mismo. Personajes que son marionetas de sus impulsos y podrían decir, como el Felipe de Mafalda: "Hasta mis debilidades son más fuertes que yo". Hombres y mujeres incapaces de llevar las riendas de sus vidas, abandonados al escapismo inmaduro del carpe diem. El amor es –para su creador– una quimera imposible, y lo sustituye por el sexo sin compromiso y los pequeños caprichos de una vida burguesa. En Woody Allen, la debilidad humana justifica casi todo en el terreno sexual, y eso también nos recuerda al Nietzsche que escoge al dios griego Dionisos como exponente máximo de un modo de vida que desea embriagarse en los instintos vitales.

De amor y felicidad

Igual que Nietzsche, Woody Allen tiene alergia al deber moral. Una aversión que le incapacita para ese compromiso estable que llamamos fidelidad. Y esa incapacidad pasa una enojosa factura: el guionista y sus personajes suelen acabar en el sillón del psiquiatra, mareados por los vientos cambiantes de sus propios caprichos. Quieren ser felices –como todo el mundo–, pero lo quieren a toda costa y a costa de los demás, que van a ser usados y manoseados como objetos de placer. Woody Allen intuye que la clave de la felicidad es el amor, y no se equivoca, pero su cabeza freudiana entiende por amor hacer el amor y poco más. Así –de forma irrefutable y sin pretenderlo–, Woody Allen nos demuestra que el placer es solo un ingrediente de la felicidad. Un ingrediente que ni siquiera es necesario, porque cuando pretendemos alcanzar la plenitud por el atajo del placer, esa plenitud se nos escapa. Woody Allen sabe que estamos hechos para la felicidad, pero parece desconocer que esa delicada sustancia se amasa con amor sacrificado y amistad generosa, con servicio a los demás y sentido trascendente de la vida. A pesar de todo, ese señor que dice ser lo suficientemente bajo y feo como para triunfar por sí mismo, nos desarma a menudo. Sus personajes, empeñados en ser personajillos a fuerza de cinismo, nos conmueven. Porque nosotros somos como ellos. O podríamos serlo.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

"La carreta vacía"



Alfonso Aguiló
www.interrogantes.net

De casi todo lo malo

«Caminaba despacio con mi padre, cuando él se detuvo en una curva y, después de un pequeño silencio, me preguntó: “Además del canto de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más?”. Agucé el oído y le respondí: “Oigo el ruido de una carreta”. “Eso es —dijo mi padre—, una carreta, pero una carreta vacía”. Pregunté a mi padre: “¿Cómo sabes que está vacía, si aún no la hemos visto?”.

»Entonces mi padre respondió: “Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por el ruido. Cuanto más vacía va la carreta, mayor es el ruido que hace”.

»Me convertí en adulto, y ahora, cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación, siendo inoportuna o arrogante, presumiendo de lo que tiene o de lo que es, mostrándose prepotente o menospreciando a los demás, tengo la impresión de oír de nuevo la voz de mi padre diciendo: "Cuanto más vacía va la carreta, mayor es el ruido que hace". La humildad hace callar a nuestras virtudes y permite a los demás descubrirlas, y nadie está más vacío que quien está lleno de sí mismo.»

Es interesante el mensaje que nos deja este viejo relato. Cuando imaginamos el paso de una carreta llena de carga, esforzada, silenciosa, un poco hundida por el peso que lleva, esa imagen nos transmite una sensación de plenitud y de silencio. Y algo parecido sucede con las personas. Hay vidas que están llenas de contenido, de esfuerzo y de sentido. Suelen ser vidas activas y luchadoras, pero hacen poco ruido. Son vidas que no cuadran con los alardes grandilocuentes de actividad, ni con los excesos de protagonismo personal, ni con ese individualismo que suele delatar ocultas faltas de rectitud y de sentido de servicio.

Tengo el convencimiento de que la soberbia es la clave de casi todos los conflictos humanos. Formas de soberbia más o menos elaboradas, más primarias o más sutiles, pero siempre la soberbia está en la raíz de las actitudes que los provocan. En las personas más simples, se nota enseguida. En las más inteligentes, cuesta un poco más, pues con el tiempo van aprendiendo a disimularlo.

Muchas variantes y común denominador

Cuando vemos que en torno a una persona los conflictos tienden a enconarse, o que surgen distanciamientos o desencuentros tontos, o que a su alrededor los equipos humanos se desunen o se rompen, casi siempre está detrás ese empeño vanidoso e histriónico de la soberbia. Puede adoptar muchas formas, pero casi siempre son variantes de lo mismo: ese afán un tanto ridículo por dejar constancia del propio mérito, la susceptibilidad enfermiza que quien se siente agraviado constantemente por auténticas simplezas, las pugnas y desavenencias absurdas por una pequeña cuota de protagonismo personal, los agradecimientos exigidos y contabilizados, las ayudas aparentemente desinteresadas pero que luego reclaman una sumisión perpetua, los consejos que se dan con aire liberal pero que luego se considera una traición que no se sigan. Todo eso suele estar tejido y comunicado por el correoso hilo de la soberbia, e identificado por la falta de calado y de silencio interior.

El que sabe, suele hablar poco; el que habla mucho, suele saber poco. El que profundiza en las cosas, suele hablar con prudencia y con mesura. Los que hablan a la ligera y hacen juicios precipitados sobre las personas o los asuntos, suelen hablar demasiado. Son personas que con su alma vacía hacen chirriar el ambiente en todo su entorno, como las carretas vacías. Y chirrían sobre todo porque les falta el aplomo de la verdad. Porque la verdad, sobre todo en las cosas más patentes e inmediatas, es lo que más enerva al soberbio, que ve a la verdad ahí, independiente de él, imponiendo todo el peso de sus exigencias intelectuales y morales. Porque la verdad fastidia su constante búsqueda de satisfacción personal, y eso no lo soportan.

jueves, 6 de noviembre de 2008

"Incrédulos"



Juan Manuel de Prada
ABC

Porque hay creencias y "creencias"

Vivimos una época extraña. El hombre de nuestro tiempo lee, por ejemplo, el pasaje evangélico de la multiplicación de los panes y los peces y sonríe con suficiencia; pero a continuación coge sus ahorrillos y los pone en manos de un agente de bolsa que le ha prometido devolvérselos en unos pocos meses convertidos en una suma fastuosa. Para refutar el milagro del Evangelio, el hombre de nuestro tiempo argumentará empleando las leyes de la ciencia empírica; para aceptar que sus ahorrillos le depararán una fortuna, recurrirá a abstrusas leyes bursátiles de dudoso cumplimiento. Lo cual nos confirma que los incrédulos suelen ser, precisamente, las personas que más denodadamente creen en aquellas cosas que el sentido común juzga increíbles.

La experiencia nos demuestra que a una generación de escépticos suele suceder una generación de místicos. La nuestra, sin duda, se trata de una generación de escépticos que miran al místico con una suerte de compasiva arrogancia, como si de un pobre diablo se tratase. Y uno estaría dispuesto a dejarse tratar de pobre diablo si los escépticos fueran coherentes con su escepticismo; pero, a poco que uno rasca, descubre que la incredulidad del escéptico sólo atañe a determinados asuntos. El mismo incrédulo que se carcajea de los enfermos que se confían a la intercesión de un santo está convencido de que vivirá más de cien años, gracias a no sé qué avances de la ingeniería genética que hasta la fecha sólo se han verificado en el ámbito especulativo. El mismo incrédulo que se burla de la existencia de un cielo donde los justos se están quietecitos, contemplando el rostro de Dios, cree a pies juntillas en la existencia de espectros viajeros que acuden a la llamada de un espiritista. Decía Chesterton que, cuando el hombre deja de creer en Dios, empieza a creer en cualquier cosa; y nuestra extraña época, tan descreída de lo trascendente, está dispuesta a creer en cualquier trivialidad o intrascendencia, con el agravante de encumbrarla a una categoría mayúscula. Y así, nos encontramos con gentes que creen en tal o cual Ideología que solucionará los problemas que afligen a la humanidad, o en un Progreso Indefinido que traerá la prosperidad a los pueblos, o en el Libre Mercado. En cambio, si al creyente en la Ideología o el Progreso o el Libre Mercado le decimos que creemos en la comunión de los santos o en la resurrección de la carne, de inmediato nos convertiremos en diana de sus escarnios.

Las críticas de siempre tan mal fundadas

Leonardo Castellani, en uno de sus memorables artículos, recoge un chiste protagonizado por un incrédulo que exclama orgulloso: «¡Yo no creo sino en lo que entiendo!». A lo que el crédulo le responde: «¡Ah! Con razón dice la gente que usted no cree en nada». El escepticismo de nuestra época consiste básicamente en negarse a entender, no ya la existencia, sino la posibilidad de una realidad trascendente; y en ponerse como un basilisco cuando alguien se niega a creer tan sólo en la realidad material. Hace algunas semanas publiqué en estas mismas páginas un artículo titulado Creacionismo en el que me atrevía a afirmar –¡oh, réprobo!– que la ciencia nunca podrá refutar la intervención divina en el origen del hombre; y que, en cambio, el mero sentido común nos enseña que ciertos misterios que rodean dicho origen no son explicables a la mera luz de las teorías evolutivas. He recibido cartas en las que se me tilda de fanático, supersticioso, botarate y no sé cuántas enormidades más; y otras, más educadas, que me acusan de carecer de suficiente `información´ (la `información´ es otro de los ídolos que nuestra época venera). Pero, por mucho acopio de información que uno recopilara, nunca podría explicarse por qué el hombre de las cavernas se puso un día a pintar; tampoco podría, por cierto, entender por qué, al salir de las cavernas, se puso de rodillas y empezó a adorar a Dios. El escéptico lo resolvería diciendo que el hombre se puso de rodillas porque sentía miedo; y que, por tanto, Dios es fruto de su temerosa imaginación. Afirmación que es al menos discutible; en cambio, si se nos ocurriera definir la Ideología, el Progreso o el Libre Mercado como productos del miedo, incurriríamos en falta gravísima ante los incrédulos.

A la postre, descubrimos que los crédulos son quienes creen en un Ser Supremo; los incrédulos, en cambio, creen indiscriminadamente en todo bicho viviente (o inanimado).

lunes, 3 de noviembre de 2008

Rockeros, cristianos y vírgenes



Son el nuevo fenómeno musical entre adolescentes de todo el mundo y la banda juvenil número uno en Estados Unidos. Rockeros, cristianos y vírgenes, los Jonas Brothers pasaron recientemente por España para recoger el disco de oro por su último trabajo, A Little Bit Longer. A pesar de enloquecer con su música a sus miles y miles de fans, el trío formado por los hermanos Kevin (19 años), Nick (16) y Joe Jonas (15) son un grupo de lo más atípico en el mundo del pop/rock: lucen anillos de pureza en sus dedos, símbolo de que mantendrán la virginidad hasta el matrimonio.


(Forum Libertas) Los hermanos Kevin, Nick y Joe son número uno en Estados Unidos y arrasan también en España, donde presentaron su último trabajo ‘A little bit longer’. Antítesis de la rebeldía que caracteriza a los grupos de rock, empezaron cantando en iglesias, viajan siempre en las giras acompañados por su familia, y en sus canciones de pop cristiano lanzan mensajes que tienen que ver con los valores.

Así se fabricaron

‘Los hermanos Jonas’ son originarios de Wyckoff, New Jersey (EE.UU.), y comenzaron su carrera hacia el éxito en 2005, cuando cerraron un contrato con Columbia Records. En sus inicios se hicieron llamar ‘Sons of Jonas’ (hijos de Jonas), pero después de varias propuestas acabaron con el nombre actual.

En agosto de 2006 lanzaron su primer álbum, It’s About Time, además de grabar el tema para una serie de Disney Chamnel, American Dragon: Jake Long. En diciembre de ese mismo año firmaron con Hollywood Records, propiedad de Disney.

En la primavera de 2007, Disney Channel emitió una serie de documentales, Jonas Brothers: Living the Dream; y en agosto llegó el bombazo: hicieron un cameo en Hanna Montana y sacaron su segundo álbum, Jonas Brothers, que vendió 1,4 millones de copias.

En enero de 2008 empezaron el Look Me in The Eyes Tour, que se prolongará hasta 2009, con 140 actuaciones, y se convertirá en una película. Además, este verano estrenaron el telefilme de Disney Channel Camp Rock, y lanzaron su último éxito discográfico, el álbum A Little Bit Longer, que ya ha vendido un millón de copias.

Histeria juvenil en Madrid

A su paso por Madrid, donde Kevin, Nick y Joe tuvieron un doble encuentro con sus fans, los Jonas Brothers provocaron una buena dosis de histeria colectiva entre niñas y adolescentes.

Primero, durante la presentación de A Little Bit Longer, y, después, cuando recogieron el disco de oro por su último trabajo y firmaron miles de autógrafos.

Durante la entrevista que les hicieron doce fans que habían ganado un concurso previamente, el trío de Jonas Brothers explicó que lo que más les mueve es “tocar la música que les gusta”. También comentaron que su sueño “es hacer una gira mundial y poder volver a España a tocar para vosotros”.

domingo, 26 de octubre de 2008

"Las sombras y los miedos"



Alfonso Aguiló
www.interrogantes.net

Fracasos buenos y fracasos malos

Es muy interesante la historia de Bucéfalo, aquel caballo que solo Alejandro Magno era capaz de montar. Todos los que lo intentaban eran incapaces de mantenerse a su grupa más allá de unos pocos segundos. El animal caracoleaba, se encabritaba, y enseguida daba en el suelo con todos sus jinetes. Alejandro supo observarlo con atención y enseguida descubrió el secreto de aquel indómito corcel. Entonces se acercó, agarró las riendas y lo puso frente al sol. Lo acarició, soltó su manto, y de un salto montó sobre él y lo espoleó con energía. Controló los corcoveos, sin dejarle apartarse de la dirección del sol, hasta que el animal se calmó y siguió su marcha a paso lento y tranquilo. Sonaron los aplausos, y dicen los historiadores que al verlo Filipo, su padre, vaticinó que el reino de Macedonia que él poseía se quedaría pequeño para la gloria a la que estaba llamado su hijo.

¿Cuál era aquel secreto que sólo Alejandro supo descubrir? Se dio cuenta de que aquel animal se asustaba de su propia sombra. Bastaba con no dejarle verla, con enfilar sus ojos hacia el sol para que aquel atormentado caballo se olvidase de sus miedos.

El mundo está lleno de personas a las que pasa quizá algo parecido. Personas en apariencia normales y desenvueltas, pero que esconden en su interior toda una serie de miedos y complejos que les encadenan a fracasos y malas experiencias que han sufrido. Muchas de sus energías están paralizadas por esa valoración negativa que tienen de sí mismas. Son rehenes de su propio pasado, hombres o mujeres cuyos temores les impiden enfilar decididamente el futuro, les frenan para llegar a ser lo que están llamados a ser.

Nunca me ha gustado la ingenuidad y la vehemencia con que algunos hablan de la autoestima. Pero sí estoy de acuerdo en que se trata de un problema creciente en nuestros días. Educarse a uno mismo es algo parecido a educar a otro. Para educar a otro hay que exigirle (si no, saldrá un mimado insufrible), pero también hay que tratarle con afecto, hay que verle con buenos ojos. De la misma manera, para educarse a uno mismo también hay que exigirse, pero a la vez hay que tratarse a uno mismo con afecto, y verse con buenos ojos. Sin embargo, hay demasiada gente que se maltrata a sí misma, que se recrimina áspera y reiteradamente sus propios errores, que se juzga a sí misma con demasiada dureza y se considera incapaz de superar sus errores y defectos.

Triunfos y derrotas

Es verdad que los que no recuerdan sus fracasos del pasado están abocados a repetirlos. Pero hay que saber hacerlo con equilibrio y sensatez. Porque el fracaso puede tener un valor fructífero, igual que puede haber éxitos estériles. Un fracaso fructífero es el que conduce a nuevas percepciones e ideas que aumentan la experiencia y el saber. Es muy famosa aquella anécdota de Thomas Watson, el legendario fundador de IBM, que llamó a su despacho a un ejecutivo de la empresa que acababa de perder diez millones de dólares en una arriesgada operación. El joven estaba muy asustado y pensaba que iba a ser despedido de modo fulminante. Sin embargo, Watson le dijo: "Acabamos de gastar diez millones de dólares en su formación, espero que sepa usted aprovecharlos".

No se puede vivir obsesionado por las sombras y asustándose de ellas. Fracasos tenemos todos, todos los días. Lo malo es cuando uno considera que el potro de su vida es imposible de dominar, cuando arroja la toalla en vez de fijarse en cuáles son las verdaderas causas de sus cansancios e inhibiciones. Si examinamos las cosas con cuidado, quizá concluyamos que, como Alejandro, hemos de tomar las riendas con decisión y mantener la mirada de cara hacia el ideal que alumbra nuestra vida.

domingo, 19 de octubre de 2008

Contracorriente: mujeres que dan un sí a la vida (2)


No lo podía creer. Madres valientes, niños agradecidos

Nicole es una joven colombiana de 19 años que conmovió a su país en enero de 2008. Fue reclutada por la guerrilla colombiana cuando tenía 10 años y, tras 9 años dentro, escapó para evitar que la sometieran a un aborto. La joven denunció que es práctica común en las FARC hacer abortar a las madres jóvenes.

El Daily Mail de Inglaterra contó hace unos meses la historia de Jodie Percival, una joven de 25 años de edad que intentó abortar a su tercer hijo debido a que éste nacería con una enfermedad congénita. Jodie y su novio Billy Crampton decidieron acabar con la vida de su hijo Finley a las 8 semanas de embarazo. Tiempo después del aborto, Jodie sintió movimientos en su vientre, acudió al médico y descubrieron que el bebé tenía ya 19 semanas: “No podía creerlo. Este era el bebé que yo pensé ya había eliminado”, declaró al medio inglés. Los doctores explicaron a la pareja que el niño podría sobrevivir y llevar una vida más o menos normal así que aceptaron darle la oportunidad. “No podía creer todo lo que este niño atravesó y que además se vea ahora tan perfecto. Me cuesta pensar en lo que ha tenido que pasar. Ahora está aquí y no lo cambiaría por nada del mundo”, confesó Jodie tras el nacimiento de Finley, su bebé.

Historias que parecen milagros

En noviembre de 1994 Helene, la madre de Guadalupe Lovera quien hoy tiene 12 años, pensó abortarla. Helene tenía ya dos niños y su novio no deseaba al tercero. Sin apoyo, no le quedó más remedio así que ingresó en una clínica abortista en Orlando. De camino a la clínica Helene se encontró con algunos manifestantes pro vida quienes le ofrecieron ayuda. En el momento no la aceptó. Ya dentro del “abortoario” echó un vistazo por la ventana y vio a un sacerdote que acompañaba al grupo de manifestantes. Fue ahí donde reflexionó sobre la gravedad de lo que iba a hacer. Salió a donde estaban los pro vida y aceptó su ayuda. “¡Lamenté tan solo el hecho de haber entrado!”, declaró más tarde. Hoy Guadalupe, la hija de Helene, lleva una vida feliz: “Ahora estoy en Ponciana viviendo bien y quería decirles: ¡gracias! (…) Me siento muy contenta de que estuvieran allí el día que mi madre pensó abortarme, porque si no hubieran estado allí probablemente hubiera sido abortada”, dijo en un emotivo video que envió al padre Frank Pavone, presidente de Priest for Life, y que todavía puede verse en www.pfltv.com/guadrespfl.

En julio de 2007 sucedió otro milagro. Ashley, una joven de 20 años con un embarazo de siete meses, se presentó en el consultorio del doctor Matthew Harrison en Carolina del Norte. Unos días atrás había ingerido el fármaco RU-486 para abortar a su hijo pues su novio la presionó para que lo hiciera. Sin embargo Ashley cambió de opinión y, arrepentida, hizo lo posible por salvar a su bebé. Tras escuchar a la joven, el médico, asesor de Priest for Life, hizo todo lo posible por ayudarla. Le inyectó progesterona y aunque Ashley sangró todo un fin de semana, dos meses después nació su hija a la que llamó Kaylie.

Todas estas historias son reales. Son mujeres de carne y hueso, heroínas que invitan al heroísmo, antorchas que disipan las tinieblas de todo ese ambiente que abraza la muerte porque no ha sabido ver la belleza de cada vida. Unas fueron firmes desde el inicio, y siguen siéndolo, en la defensa por la vida de todo ser humano, especialmente del más indefenso. Otras han conocido personalmente el trágico significado de un aborto en sus vidas, y por eso hoy se oponen a él.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Contracorriente: mujeres que dan un sí a la vida (1)



Sus fotos no están en las portadas de las revistas ni sus vidas son objeto de valoraciones en buena parte de la prensa internacional, ni en la radio, ni en la televisión. Posiblemente sus testimonios de vida no tienen el impacto que deberían, pero ahí están, con la frente en alto porque caminaron y siguen andando contra corriente, porque no se abandonaron al derrotero de salidas aparentemente fáciles.

Jorge Enrique Mújica

Algunas experiencias muy dolorosos

Alzan la voz contra el aborto

“Mi vida acabó un 6 de febrero de 2007, cuando me arrancaron a mi bebé de mi vientre. Ese bebé que hubiera sido la gran felicidad de mi vida y el motivo de mi existencia. Ese bebé que si le hubiera dado la oportunidad de vivir, hubiera sido el más feliz del mundo”. Son palabras de Shaila, una joven española que abortó en Tenerife y cuyo testimonio recogió www.hispanidad.com hace tiempo. La historia de Shaila refleja las presiones a las que una mujer se ve sometida para abortar. Ni sus padres ni su novio la apoyaron: “Estaba entre la espada y la pared… jamás tuve un apoyo de él en seguir adelante”, confesó.

En marzo de 2008, el semanario español Alba (www.semanarioalba.com) sacó a la luz pública la historia de “María”, una anciana de 84 años que fue obligada a abortar por su ex esposo cuando tenía 27 años y aún no estaban casados. Tras contarle que estaba embarazada, el ex marido la metió en un taxi y la llevó a un piso de la madrileña calle de Barcelona 3, casi esquina con Santa Ana. “Aquello era un pocilga, una carnicería”, recuerda. Le practicaron el aborto sin anestesia, con todos los dolores que eso supuso. El 3 de mayo de 1951, mes y medio más tarde, “María” tuvo una fuerte hemorragia en el retrete. Ahí es donde “nació” su hijo. “Lo lavé, lo besé y me lo metí en una caja de membrillo que tenía… Pensé en guardarlo en alcohol, pero tenía miedo de que mi madre se enterara, así que finalmente me despedí de él y lo tiré por el retrete”, contó “María”. Pese a los distintos tratamientos y a todo este tiempo pasado, “María” (nombre ficticio para proteger su intimidad) no ha logrado superar el hecho. En su juventud quedó embarazada tres veces más pero los tres embarazos terminaron en abortos naturales.

La actriz Ellen Burstyn hizo el papel de angustiada madre en la película “El exorcista”. En septiembre de 2007, un entrevistador de radio CFRB de Toronto le preguntó a la actriz de 74 años cuál fue el momento más bajo de su vida, a lo que ella contestó: “Sabes, odio hablar de esto al aire, pero fue someterme a un aborto. Fue una experiencia extremadamente dolorosa”.

No es por religión ni por política

“En ese momento era joven y tonta, realmente no quería tener un bebé en ese momento. Fue incorrecto hacerlo y realmente no lo comprendí hasta después. Eso fue muy doloroso, probablemente lo peor”, respondió también al ser interrogada sobre si no tuvo otra opción.

Contrario a lo que muchos piensan, estar contra el aborto no es cuestión de fe. Ahí está el caso de la jurista norteamericana que firma con el pseudónimo Raving Atheist (la atea de remate) en el conocido blog del mismo nombre. Entrevistada por LifeSiteNews.com, la “atea de remate” declaró que “el bando pro vida se apoya más en la ciencia (embriología, ultrasonido) que el otro bando. De hecho, éstos últimos se oponen a mostrar imágenes de ultrasonido de los niños a las mujeres que quieren abortar. Dicen que confunden”. Ella no es la única. Está el caso del Nat Hentoff, un pro vida judío y ateo liberal. Además, en la web hay buen número de portales de la Liga Pro-Vida de Ateos y Agnósticos.

Pero estar a favor de la vida tampoco es cuestión de inclinaciones políticas. Es verdad que es poco común encontrarse con políticos ambientalistas que la defiendan, pero los hay. Es el caso de la alemana Hiltrud Breyer. Eurodiputada, casada, con dos hijos y 51 años, fue de las jóvenes fundadoras del Bündnis 90/Die Grünen, el partido de los verdes en Alemania. Parlamentaria europea desde 1989, ha estado particularmente activa en las campañas en defensa de la salud pública y de los auténticos derechos de la mujer. En Estrasburgo ha fundado un “inter-grupo” de bioética que hasta el presente se sigue reuniendo periódicamente para discutir, por ejemplo, sobre el valor del embrión. Por qué defiende la posición de ayuda a la salud de la mujer embarazada, valorando al bebé, si esto es ir contra corriente y podría ser tachada de oscurantista: “Algunas veces recibo críticas de realidades ambientalistas o feministas… La idea que me he hecho es que hay una reflexión condicionada: si el Papa o las autoridades eclesiásticas se expresan en una cierta dirección, es obligatorio tomar una posición contraria. El mérito de los interrogantes es secundario: lo importante es asumir una posición antitética a aquella que es vista como una idea clerical”, declaró al diario italiano Avvenire (Cf. 17.01.2008).

domingo, 12 de octubre de 2008

Una alternativa al aborto



El inicio de esta obra fue interesante. La mujer de Phuc tuvo problemas al dar a luz, y estaba en peligro su vida. Entonces el joven vietnamita hizo una promesa: «Si todo sale bien, yo me dedicaré a ayudar a otras personas».

Cristóbal Vilarroig
www.buenas-noticias.org

Hasta que dan a luz y después

En Vietnam el aborto es una realidad bastante ordinaria. Y no sólo son muchas las mujeres que abortan, sino que, en general, nadie se cuestiona si está bien o está mal.

Los cristianos, desde los primeros siglos, se caracterizaron porque ellos amaban la vida. Un documento del siglo I dice: «No harás morir al hijo por aborto, ni lo matarás apenas nacido» (Didaché II, 2), porque de hecho en el Imperio Romano también era bastante común la práctica (¿O es que alguien pensaba que el aborto era un genial invento del siglo XX?).

En el Vietnam de hoy, Tong Phuoc Phuc, un católico, también es conocido por luchar de modo positivo para impedir que las mujeres hagan morir a sus hijos por aborto.

En una casa de su propiedad, no excesivamente grande, este vietnamita de poco más de cuarenta años acoge a mujeres solteras embarazadas que no quieren abortar y que, al mismo tiempo, no tienen medios para sacar adelante a su hijo. Allí reciben alojamiento y comida hasta que dan a luz. Después, el niño se quedará allí hasta que la mujer pueda criarlo por su cuenta. O el niño se va con su madre, o Phuc y su esposa serán su familia. A este señor no se le pasan más opciones por la cabeza.

La obra de Phuc sigue adelante

El inicio de esta obra fue interesante. La mujer de Phuc tuvo problemas al dar a luz, y estaba en peligro su vida. Entonces el joven vietnamita hizo una promesa: «Si todo sale bien, yo me dedicaré a ayudar a otras personas».

Al darse cuenta de que tantas mujeres abortaban en su país, consciente de que los fetos también eran personas humanas, le pareció un deber ir por los hospitales recogiendo cadáveres de niños abortados y enterrarlos en una propiedad suya. El cementerio creció, y varias mujeres que habían abortado iban a rezar allí. Entonces Phuc, al verlo, habló con algunas de ellas para que, si conocían a alguna chica que quisiera abortar, que la llevasen a hablar con él.

Después de 4 años desde que acogió a la primera madre soltera, Phuc ha salvado a más de 60 niños, la mitad de los cuales ya han dejado el curioso primer hogar para irse con sus madres. Gracias al apoyo de algunas organizaciones católicas y budistas, y a la ayuda de algunos particulares, la obra de Phuc sigue adelante. Y se propone continuar este trabajo mientras viva.

domingo, 5 de octubre de 2008

"Fui violada y quedé embarazada a los 16..., pero amo a mi bebé"




El periódico Daily Mail recogió el impactante testimonio de Elizabeth Cameron, una joven de 19 años que resultó embrazada tras una salvaje violación, pese a las presiones de su entorno decidió tener a su bebé y hoy asegura que nunca se arrepentirá de haber optado por la vida de su hija.

LONDRES, 21 Ago. 08 (ACI)

Ternura desde el principio

En diciembre de 2005, Elizabeth tenía 16 años de edad, era una chica estudiosa y tímida. Una noche después de clases mientras esperaba que su madre la recogiera de su centro estudios, tres encapuchados la metieron en una camioneta por la fuerza y la violaron. Nunca pudo reconocerlos.

Cuando supo que estaba embarazada, el sufrimiento aumentó. "Todo el mundo, salvo mi mamá, decía que debía tener un aborto. Mi papá incluso concertó una cita en la clínica, ahí trataron de convencerme de que era sólo una masa de células y que todo sería muy rápido", recuerda Elizabeth.

"En la escuela, mis amigos –la mayoría de los cuales no sabía de la violación– no podían entender por qué alguien de mi edad querría tener un bebé en vez de un aborto. Y los pocos a los que conté lo sucedido se horrorizaban más al saber que pretendía tener al bebé. Pero yo lo hice. Y no me arrepiento ni por un momento", asegura la joven.

"Cada vez que miro a Phoebe, sé que tomé la decisión correcta. Nunca quise poner fin a la vida de mi bebé sólo por la forma en que fue concebida", indicó.

Según el reportaje del Daily Mail, Elizabeth alguna vez compartió la idea de que dar a luz al hijo de un violador es impensable, pero desde que vio a su bebé en el primer ultrasonido sintió mucha ternura.

"Me sorprende lo fácil que surgió el amor por mi hija mientras crecía dentro de mí, pero debo admitir que temía que mis sentimientos cambiaran cuando la viera por primera vez", recuerda la joven.

Elizabeth sostiene que durante el embarazo tuvo muchas pesadillas sobre el ataque y pensaba que al tener al bebé recordaría más la violación. "Pero ella no me recordó esa noche y al tenerla supe que estar con ella era más importante que lo que había ocurrido", sostiene.

"No pude considerar entregarla en adopción. Mi madre fue abandonada de bebé en una estación de trenes de Londres y eso la afectó mucho. Crecí rechazando que alguien pudiera abandonar a un niño inocente", agregó.

"Más allá de lo ocurrido"

La madre de Elizabeth apoya en todo a su hija. "La gente puede pensar que no es posible amar a un niño concebido de esa forma, pero créanme, la amo más justamente por eso", sostiene la abuela.

Elizabeth agrega: "Nunca he culpado a Phoebe por lo ocurrido. Aunque lo ocurrido fue aterrador, saber que iba a ser madre me ayudó a concentrarme en otra cosa. Supuse que debía tratar de ver más allá de lo ocurrido, y ver la vida que se había creado".

Phoebe tiene casi dos años y a Elizabeth le costó mucho reconciliarse con su padre por intentar hacerla abortar. "Ahora él la ama y eso es lo importante. Sé que necesita una figura paterna en su vida", asegura Elizabeth.

Elizabeth se prepara para el momento en que su hija crezca y le pregunte por su padre: "Si debo hacerlo, le diré que ella fue lo bueno que surgió de algo malo. Y le diré que nunca me arrepentí de tenerla y que no estaría lejos de ella por nada del mundo".

miércoles, 1 de octubre de 2008

Sonríe, Dios te está filmando


Miguel Aranguren
ALBA

Divertido y profundo

He tomado prestado el título de un joven catalán que acaba de ser ordenado sacerdote en Roma. Antes ejerció como periodista en Barcelona, por lo que es fácil apreciar de dónde le viene esa facilidad para las frases redondas. La sentencia –“sonríe, Dios te está filmando”– es divertida y a la vez profunda, porque nos invita a imaginar a Dios cámara en mano frente a cada uno de nosotros. Yo no sé si Dios será aficionado al séptimo arte (supongo que, como creador, le gustará el buen cine). Lo que sí sé es que su omnipresencia le permite acompañarnos las veinticuatro horas del día, algo que en vez de empujar al agobio debería movernos a la alegría –a la sonrisa que propone el nuevo presbítero– ante la cercanía sin pausas de aquel a quien no podemos ver.

En todo caso, de todo este embrollo lo que más curiosidad me despierta son los motivos del joven tribulete para dejar colgado el ordenador y el teletipo a cambio de convertirse en cura de almas. No en vano, estamos en los primeros compases de un nuevo siglo en el que el hombre parece haber superado cualquier dependencia espiritual, en el que la ciencia anuncia avances sorprendentes frente a enfermedades aún oscuras, en el que hemos convertido la vida en una sucesión de sensaciones placenteras (viajes, relaciones más o menos esporádicas, lujos, caprichos…) y nada provoca mayor rechazo que la cercanía al dolor y la muerte que se le supone a un hombre de alzacuello, presto a atender a agonizantes antes del viaje definitivo.

Hasta cuando "es todo"

Según Leonardo Agustina –que así se llama en nuevo sacerdote–, el sacramento que le acaba de dejar una huella indeleble en el alma confirma, incluso, su anterior dedicación profesional: a partir de ahora, asegura, trabaja para una “emisora” con más de 2.000 años de historia y que seguirá existiendo hasta el día del Juicio por la tarde cuando, por fin, los periodistas allí reunidos podrán cerrar definitivamente la conexión con un: “es todo”.

Puede resultar cómico, pero en la metáfora del joven don Leonardo se esconde una teología de filigrana, aquella que empuja a algunos jóvenes a renunciar a esa visión utilitarista y hedonista del hombre moderno a cambio del asombro ante los misterios del espíritu, tan real como las manos que ahora teclean mi ordenador.

Hay que estar loco para renunciar a tantas cosas y abotonarse una sotana. Pero no es una locura relacionada con debilidades mentales. ¡Todo lo contrario! Así que sonriamos: Dios nos filma y hay jóvenes dispuestos a interpretar papeles de alto riesgo.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Del "thriller erótico" a Cristo,


La conversión de Joe Eszterhas

Joe Eszterhas es un guionista de cine conocido en Hollywood como el creador del "thriller erótico", un género compuesto por películas oscuras que combinan el sexo y la violencia. En unos días publicará su más reciente libro en el que narra su asombrosa conversión al Catolicismo.

Eszterhas se hizo millonario por escribir los guiones de películas taquilleras como Basic Instinct, Showgirls y Jagged Edge, todas conocidas por su explícito contenido sexual. Además fue editor de la revista Rolling Stone. El escritor, nacido en 1944, creció en campos de refugiados en Hungría después de la Segunda Guerra Mundial hasta que llegó con su familia a Cleveland, Estados Unidos. Trabajó como reportero de noticias policiales, cubriendo incontables tiroteos y peleas urbanas. En ese tiempo, sostiene que su vida era muy oscura, llena de muerte, asesinatos, crímenes y caos, lo que marcó su posterior carrera de guionista.

En el verano del año 2001, Eszterhas fue diagnosticado con cáncer de garganta. Debió someterse a una delicada cirugía y recibió la orden médica de dejar el alcohol y el tabaco. Eszterhas tenía 56 años, siempre tuvo un estilo de vida alocado y sabía que cambiar sus hábitos no sería fácil. Un día, que Eszterhas describe como "infernalmente caluroso", estaba caminando por la calle cuando se dio cuenta que su vida había tocado fondo. "Me estaba volviendo loco. Estaba muy nervioso. Temblaba. No tenía paciencia para nada. Cada terminación nerviosa demandaba un trago y un cigarrillo", recuerda. Se sentó en el piso, comenzó a llorar y de repente comenzó a rezar. "Por favor, Dios, ayúdame", dijo. En ese momento, se dio cuenta de que no rezaba desde niño. "No podía creer lo que había dicho. No supe por qué lo había dicho. Nunca antes lo había dicho", recuerda. Inmediatamente, Eszterhas se sintió sobrecogido por un sentimiento de paz y se acabaron sus temblores. En ese momento, tal como le ocurrió a Saulo camino a Damasco, vio "una luz brillante, deslumbrante, casi cegadora que me hizo cubrir mis ojos con las manos".

Para Eszterhas, esta experiencia fue determinante. Pasó de dudar sobre poder vivir sin tabaco ni alcohol, a saber que podía vencerse a sí mismo y triunfar. En ese momento comenzó su camino de regreso a la Iglesia pero el escándalo sexual que afectó duramente a los católicos en Estados Unidos se convirtió en un escollo para terminar su retorno. Por eso optó por asistir a servicios no denominacionales, pero finalmente se convenció de que no podía dejar de ser católico. "La Eucaristía y la presencia del cuerpo y sangre de Cristo está en mi mente y es una experiencia sobrecogedora. La Comunión es poderosa y es casi un sentimiento celestial", afirma. Aún ahora recibe ofertas para escribir guiones sobre temas siniestros. Sin embargo, asegura que ha "gastado mucha vida explorando el lado oscuro de la humanidad y no quiero regresar a eso nunca más". "Mi vida cambió desde que Dios entró a mi corazón. No me interesa la oscuridad. Tengo cuatro hijos hermosos, una esposa a la que adoro, adoro estar vivo y gozo de cada momento de mi vida. Mi visión se ha iluminado y no quiero regresar a ese lugar oscuro".

En el último año, los médicos le dieron de alta y asegura que ha vencido al cáncer gracias a lo que él considera un milagro. Éste es el motivo por el cual escribió su nuevo libro titulado "Crossbearer: A memoir of faith" (Portador de Cruz: Un recuerdo de fe), para dar gracias a Dios y contarle al mundo lo que Él hizo en su vida.

martes, 23 de septiembre de 2008

¿Por qué esperar?


Alfonso Aguiló
www.interrogantes.net

En un debate televisivo

«Pienso así desde que tenía 14 años. Por aquel entonces ya había observado adónde llevaba la frivolidad sexual a bastantes de mis compañeros de escuela.

»Desde mi adolescencia pensé que la libertad sexual que yo más deseaba es la de estar un día felizmente casada. Y pensé que tenía que guardarme para el matrimonio, y nunca he tenido la más mínima duda sobre mi decisión.

»Y pensé que debía casarme con un hombre que tuviera un concepto suficientemente elevado de su futura esposa como para guardarse íntegro para ella. No es que sea lo único que valoro en un hombre, pero me resulta mucho más fácil confiar en alguien así.»

La que hablaba era una joven y brillante abogada británica llamada Angela Ellis-Jones, en el transcurso de un debate televisivo en la BBC. Defendía con llamativa desenvoltura una opinión poco corriente (al menos, en ese programa).

«Ya entonces —continuaba Ellis-Jones— me resultaba evidente que cuando se separa matrimonio y sexo, se difumina la diferencia entre estar casado y no estarlo, y, sin quererlo, se devalúa en esa persona la misma idea del matrimonio.

»La castidad antes del matrimonio es una cuestión importante. Cuanto más a la ligera entregue uno su cuerpo, tanto menos valor tendrá el sexo. Quien verdaderamente ama a una persona, desea casarse con ella. Una relación sexual sin matrimonio es necesariamente provisional, induce a pensar que es una prueba que aún está a la espera de si llega alguien mejor, y me valoro demasiado como para permitir que un hombre me trate de esa manera.

»Tal vez la postura que mantengo parece que me aísla, pero pienso que no es así: creo que el hombre sensato sólo verá en esos principios un motivo de mayor aprecio.»

Fascinaciones gratificantes

Algunos piensan que lo realista es buscar cuanto antes gratificaciones eróticas, y facilitarlas a otros. Dicen que prefieren ese "pájaro en mano" a un amor ideal que ven como algo muy lejano. Y aunque es comprensible que una persona se deslumbre ante las gratificaciones inmediatas y las prefiera a todo lo que considera como promesas inciertas, parece claro que la tarea de construcción de la propia vida consiste precisamente en abrir horizontes nuevos al deseo, en aprender a valorar lo que todavía no tenemos en la mano pero que, por su valor, nos vemos llamados a alcanzar. Así lo entendía esta joven abogada británica.

Dejarse fascinar por el afán de saciar nuestros instintos es algo que impide alcanzar lo realmente valioso. La sexualidad fuera de su debido contexto responde a un impulso instintivo, que se inflama súbitamente y se apaga luego enseguida. Es una llamarada tan intensa como fugaz, que apenas deja nada tras de sí, y que con facilidad conduce a un círculo angosto de erotismo que, en su búsqueda siempre insatisfecha, considera que otros conceptos más elevados del amor son una simple ensoñación, cuando no un tabú o algo propio de reprimidos.

Pensando siempre en positivo

Sócrates hablaba de una voz interior que le hablaba, le aconsejaba, le reprendía, le impulsaba a buscar la verdad. Esa voz es lo más lúcido de nosotros mismos, y nos advierte que no debemos quedarnos en las meras sensaciones, sino buscar la verdad que hay en ellas, su auténtico valor, y no el que está más a mano, sino el más profundo.

No se trata, por tanto, de controlar al modo estoico las tendencias instintivas. Se trata de desear ardientemente valores más altos. Más que control de los deseos, habría que hablar de recta búsqueda de la plenitud humana. No se trata de reprimir las tendencias, sino de saber orientarlas. Un director de orquesta no reprime a ningún instrumentista, sino que señala a cada uno el camino que debe seguir para realizar su función de modo pleno: en unos momentos habrá de guardar silencio, en otros tendrá que armonizarse con otros instrumentos, y otras veces deberá asumir un papel de mayor protagonismo.

Cuando alguien descubre la realidad del amor, tiene la certeza de haber descubierto una tierra maravillosa hasta entonces desconocida e insospechada. Se considera feliz y agraciado, y con razón. Es una lástima que por no acomodarse al ritmo natural de maduración del amor, algunos quieran comer la fruta verde y pierdan la meta que podrían haber llegado a alcanzar.

sábado, 20 de septiembre de 2008

«Era un paso más en mi camino hacia Dios»


¿POR QUÉ ME HICE SACERDOTE?
Entrevista a Luis de Moya, sacerdote discapacitado español.
María Velázquez Dorantes
El Observador

¿Cómo nace en usted la inquietud de ser sacerdote?

«Para mí el sacerdocio fue tan sólo un paso más en mi camino hacia Dios. Ciertamente un paso, o si se quiere un cambio de ritmo, importante, pero únicamente un modo nuevo de responder a mi vocación de hijo de Dios, de persona inmensamente amada por nuestro Creador y Padre, que me esperaba en la Vida Eterna desde el comienzo.

«Al inicio de mis estudios de medicina, en Madrid, pedí la admisión en el Opus Dei. Desde entonces mi vida cristiana fue más responsable. Asumí el compromiso, permanentemente actualizado, de tomarme a Dios en serio, siguiendo el espíritu de santificación en medio de los quehaceres corrientes de este mundo, que había inspirado Dios a san José María Escrivá. En realidad, aquella entrega completa a Dios que suponía mi incorporación al Opus Dei incluía ya, de algún modo, mi disposición al sacerdocio, si así se me pedía, aunque no tuviera por entonces semejante idea. Mi ilusión por entonces era ser un buen médico.

«Con el paso del tiempo, una vez finalizados mis estudios de medicina, y habiendo concluido asimismo los estudios necesarios que la Santa Sede exige para ser sacerdote, el prelado del Opus Dei, entonces monseñor Álvaro del Portillo, me llamó al sacerdocio. Mi respuesta afirmativa se concretó en la ordenación, que tuvo lugar en el mes de agosto de 1981».

¿Cómo describiría su vida sacerdotal?

«En realidad, la vida de sacerdote consiste en la santa Misa. Todo en él debe ser la Misa: una ofrenda a la Trinidad Beatísima, que es el mismo sacrificio de Cristo en el Calvario, por la salvación de todos los hombres. Así, pues, cualquier tarea sacerdotal (todo en el sacerdote debe serlo) tiene esa intención: la salvación de los hombres.

«Pero esa salvación, esa Santa Misa, no es posible sin una rendida fidelidad al Santo Padre. El amor al Papa y a su doctrina es necesario que empape la vida del sacerdote, es el criterio y garantía de su valor sacerdotal. Procuro, por consiguiente, mirarme de continuo a través de su vida y sus palabras, cuando me pregunto ué hacer para impulsar más a los hombres hacia Dios. Pudiendo celebrar la Santa Misa cada día y manteniendo una permanente relación con muchas personas, no es un obstáculo en mi caso la discapacidad que padezco habiendo quedado tetrapléjico por un accidente. De hecho, la falta de movilidad física se puede compensar hoy, aunque sea en cierta medida, con los medios informáticos».

¿Cuáles han sido los retos más simbólicos que ha enfrentado como sacerdote?

«Me parece que el reto permanente y más complicado del sacerdote es el pobre hombre que sustenta el más grande de los honores que se puede recibir en este mundo. Las circunstancias en las que debe desenvolverse, los obstáculos con los que se debe enfrentar, las exigencias y contrariedades que pueda encontrar en su camino nunca son el problema. Todo eso tratará de superarlo con la gracia de Dios que no le va a faltar. Intentará hacerlo lo mejor posible, con la ayuda divina, y obtendrá así el fruto que Dios le conceda. El único problema será él mismo, sus pecados, su falta de humildad, su falta de obediencia, su pereza, su falta de amor».

¿Qué experiencias como sacerdote le han dejado más impactado?

«Posiblemente haya sido reconocer la bondad heroica, el amor hasta el extremo en personas sin una especial apariencia atractiva. Es en verdad impactante conocer que el éxito, la fama o el triunfo que despiertan la admiración del mundo tienen con frecuencia muy poco que ver con la santidad en que consiste el verdadero valor de una persona. Se trata, por otra parte, de un fenómeno muy conocido: que los famosos y triunfadores son, no pocas veces, personas muy poco ejemplares en el conjunto de su vida. Pero tal vez sea más impactante todavía que el hecho en sí, la realidad de que se trata de un fenómeno socialmente admitido, como si no tuviera apenas importancia que los famosos y triunfadores sean falsos, infieles, inmorales, ladrones, injustos; como si el éxito fuera capaz de borrar cualquier depravación personal. Como si, en fin, no tuviera importancia vivir de espaldas a Dios con el aplauso humano».

¿Cuál considera que es la tarea más difícil para un sacerdote?

«Aunque sea de algún modo insistir en algo ya mencionado, me parece que lo más difícil es el conocimiento propio y la mejora personal. «Primero tú», solía insistir san Josemaría. La principal tarea para un sacerdote es, desde luego, su propia santidad: su oración personal, su sacrificio personal, su amor a Dios. Sin duda algo bastante más difícil que lo que puede hacer para arreglar el mundo de fuera, por mucho que sea lo arreglable. Además, no todo lo que hay por hacer en el mundo corre de su cuenta; lo que sí corre de su cuenta es él mismo».

¿Cuál es su concepción sobre la vida y la muerte?

«La muerte viene ser el final del capítulo terreno o temporal. El final de las oportunidades. Porque la vida es eso: el tiempo o la oportunidad que se nos ha concedido para llegar a Dios que nos espera para siempre. Por consiguiente, no hay tiempo que perder cuando nos va tanto bien en cada momento, que podemos convertir en una ocasión de amar a Dios, que Dios no olvida».

¿Qué piensa de la eutanasia y el aborto?

«Son asesinatos, ni más ni menos. Se han escrito libros sobre ambos temas, pero, resumiendo, son eso. Incluyen, además, la negación de un Dios, Padre bueno, que no puede mantener a sus hijos en situaciones insufribles. Suponen la pretensión de ir de dioses por la vida, señores de la muerte, en este caso».