domingo, 14 de septiembre de 2008

Dos medallistas en los Juegos Olímpicos de Pekín, han mostrado públicamente su condición de creyentes


La fuerza de Dios



El boxeador dominicano Féliz Manuel Díaz Guzmán, medalla de oro en la categoría de Welter ligero (64 Kgs.) al vencer al tailandés Manus Boonjumnong, afirma que la fuerza de Dios le dio la fortaleza necesaria para alcanzar el éxito.


“Cuando uno pone a Dios delante de todo, Dios hace lo demás, y lo ha demostrado porque nosotros, que somos de aquí de un país pequeño, y ganarle a potencias mundiales, sólo la fuerza divina de Dios puede lograrlo”, aseguró.


Según informa NoticiaCristiana.com, este boxeador, de 24 años de edad, mostró su interés de ayudar económicamente a su madre y familiares y se definió como un creyente de Dios al mencionar también la cita bíblica que dice “venid a mi todo el que esté cansado y yo lo haré descansar”.


Félix Díaz sostiene que la pobreza no es obstáculo para alcanzar el éxito, aunque jamás imaginó que de ser un muchacho de fácil enfado y peleador en la calle se convertiría en un boxeador cotizado; y que además de recibir medalla de oro y siete millones de pesos, colocaría a la República Dominicana en el lugar 47 de los países triunfadores en los juegos de China.


Primero el bebé, luego la medalla


En el segundo caso, la atleta británica Tasha Danvers-Smith ostentaba en el año 2004 su mejor marca en los 400 metros vallas y era una de las principales candidatas a llevarse medalla en las Olimpiadas de Atenas.


Sin embargo, tras quedar embarazada y a pesar de que su entorno esperaba que abortara para poder competir, ella optó por la vida de su bebé, a quien dedicó la medalla de bronce que ganó hace unos días en Pekín, informa Aciprensa.


Tasha sacrificó un tiempo de gloria en Atenas por el pequeño Jaden, quien asegura fue su inspiración para lograr un sitio en el podio de ganadores de las olimpiadas celebradas en China.


Según relata LifeSiteNews.com, tras descubrir que estaba embarazada en el año 2004, Tasha decidió junto a su esposo y entrenador, Darrell, continuar con el embarazo en lugar de competir en los juegos olímpicos de Atenas.


En ese momento, sus compañeros deportivos le pidieron que abortara al bebé por considerarla una opción segura para lograr la medalla de oro. La prensa también fue muy dura con ella porque decidió dar prioridad a la vida de su hijo.


Varias organizaciones de defensa de la vida se conmovieron entonces con el gesto de Danvers-Smith y la apoyaron sin reservas. La entidad Life Issues Institute (LII) le concedió el galardón ‘Hero At Heart’ (Héroe de Corazón), concedido a aquellos individuos que “demuestran un sorprendente valor o compasión a favor de la vida humana inocente”.


El director ejecutivo de LII, Bradley Mattes, consideró la medalla de bronce obtenida por Tasha como una “victoria enorme” de las mujeres y una prueba de que sus detractores estaban equivocados.


“Tasha ha demostrado a las mujeres de todo el mundo que no tienen que sacrificar a sus hijos no nacidos para conseguir sus sueños. Su hijo de tres años, Jaden, fue su inspiración para lograr sus metas olímpicas”, indicó Mattes.


“Tasha hizo una opción clara por la vida, aunque significara dejar de lado temporalmente sus sueños de una medalla olímpica. Ahora es un miembro del exclusivo club de campeones olímpicos y tiene un hijo hermoso. No podría estar más feliz por ella”, agregó.

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