domingo, 20 de julio de 2008

Informático, rugbier y escalador; ahora sacerdote


El P. Ignacio Palma tiene 31 años y estudió en el colegio Cardenal Newman de los Christian Brothers hasta los 14, y luego terminó el secundario en Los Molinos. Es Analista en Sistemas por la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y Licenciado en Filosofía por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, en Roma. Aficionado a la escalada y al fútbol, fue jugador de rugby del Club Newman hasta los 19 años. En esta entrevista describe sus impresiones luego de la ordenación sacerdotal, el pasado 24 de mayo, recibida por manos del Obispo Prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría.

¿Qué significa para usted ser sacerdote?

San Josemaría se formulaba esta misma pregunta con otras palabras. «¿Cuál es la identidad del sacerdote?» Y respondía sin vacilar: «La de Cristo». Para mí ser sacerdote es ser Cristo presente entre los hombres. En primer lugar, y en manera eminente, esto se realiza cuando el sacerdote administra los sacramentos. Sin embargo, la presencia de Cristo entre los hombres a través del sacerdote no se limita a la administración de los sacramentos. El sacerdote debe ser Cristo a lo largo de todo su día. Por eso me pregunto –y le pregunto– muchas veces al día: ¿Qué haría Jesús en este caso concreto? ¿Qué le diría a quien yo ahora tengo delante? ¿Con qué cariño trataría a esta o aquella persona? En definitiva, el sacerdote tiene que conformarse a Cristo de tal manera que los demás puedan sentirse delante de Jesús cuando acuden al sacerdote.

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