
Fe católica es la que tenemos en lo que dijo Jesucristo, por la cual estamos
persuadidos de que lo que Él dijo es verdad.
Esta fe es divina porque Jesucristo es Dios. Por esto, no se puede negar
que sea obligatoria a todos los hombres.
Así lo dijo el mismo Jesucristo: «Id y enseñad a todas las gentes, a guardar
todo lo que os he mandado».
Y luego añadió: «El que crea y se bautice, se salvará; pero el que no crea se
condenará».
Dios ha querido darnos una serie de razones por las cuales vemos que
realmente ha hablado al mundo, diciendo cómo seremos felices eternamente,
si no vivimos una vida meramente materialista.
Las razones que nos ha dado para creer, son los diez motivos de credibilidad.
Los mejores medios para saber si una doctrina ha sido revelada por Dios,
son los milagros y las profecías.
Pues, el sentido común del género humano, siempre ha tenido y tiene
por testimonio de Dios, el milagro y las profecías cumplidas.
Por eso los judíos decían a Jesucristo salvador: «¿Qué milagro haces tú
para que veamos y creamos en ti?»
Milagro es un hecho sensible realizado por Dios, por encima de las fuerzas
de la naturaleza.
Es, pues, un hecho que no procede de las fuerzas de la naturaleza, sino
que Dios lo hace por sí, o valiéndose de otra causa instrumental, pero que
la naturaleza no lo haría con las fuerzas recibidas de Dios.
Que el milagro sea posible no se puede negar, pues existen muchísimos.
El milagro es un testimonio de la verdad de la doctrina, en cuyo favor se ha
hecho. Dios no va a cooperar en favor de una mentira.
Milagros verdaderos son los que superan las fuerzas de la naturaleza: la
resurrección de un muerto, etc....
Milagros aparentes son simulacros de milagros, en los cuales no se ve el
modo como se producen, debido a las fuerzas ocultas de la naturaleza.
Profecía es la predicción cierta de un suceso futuro, incapaz de ser conocido
en sus causas naturales, por ninguna inteligencia creada.
Por ejemplo, la profecía que dio san Gabriel al profeta Daniel, que de allí
a setenta semanas de años nacería el Mesías.
Dios, además de haber creado todo lo que existe, para que pueda ser
conocido por todo hombre, nos ha revelado en la Biblia, nos ha explicado
todo lo que está escrito en el A.T. y en el N.T. por medio de Jesucristo.
¿Cómo podemos saber que es verdad todo lo que Dios nos ha dicho en el
A.T. y en el N.T. por medio de Jesucristo?
Dios nos ha dado, para que podamos creer con toda seguridad todo lo
que ha dicho, una serie de pruebas que se llaman motivos de credibilidad.
Las principales pruebas son diez:
Los milagros. En especial su resurrección.
El cumplimiento de las profecías sobre Jesucristo.
Los milagros de los apóstoles y discípulos.
La conservación milagrosa del catolicismo, de la religión.
El testimonio de los mártires.
Los frutos del cristianismo.
La excelencia de la doctrina cristiana, enseñada por Dios.
La santidad de Jesucristo.
La vida de Jesucristo.
La mayor fuerza demostrativa de los motivos de credibilidad les viene de la
unión de todas.
1ª Prueba: Los milagros de Jesucristo
Los milagros de Jesucristo fueron hechos en presencia de muchedumbres
–durante varios años– ante enemigos y toda clase de personas.
Los milagros son hechos que superan las fuerzas de la naturaleza, sea en
el hecho o en el modo.
El hecho: Resucitar un muerto.
El modo: Curar la lepra con palabras. Con un tratamiento de medicina se
puede curar.
Dijo Jesucristo: «para que sepáis que... Levántate, toma tu camilla y anda»
Jn 10, 38.
Jesucristo: «Al menos creed por mis obras» Jn 10, 37.
Jesucristo: «Si no hubiera hecho las obras de mi Padre...» Jn 11, 42.
Jesucristo, en el milagro de la resurrección de Lázaro: «Para que crean que
me has enviado».
Las dos multiplicaciones de los panes:
Mt 14,13 –15,29–
El ciego de nacimiento Jn 9
La hija de Jairo. 9,18
El hijo de la viuda de Naím.
2ª Prueba: La Resurrección de Jesucristo
Es la mejor prueba. Sólo ella bastaría.
Después de haber resucitado, se mostró lleno de vida a sus discípulos,
durante cuarenta días, en muchas y variadas circunstancias.
Los discípulos, testigos de la resurrección, se dejaron matar por sostener
esta verdad.
3ª Prueba: Cumplimiento de las profecías
Son muchísimas en el Antiguo Testamento.
«Será hijo de Abraham»
«De la tierra de Judá»
«Descendiente de David»
«Hijo de una Virgen»
«Nacerá en Belén a las setenta semanas».
Su pasión y muerte están profetizadas sobre todo en Isaías, que por sus
pasmosas profecías, es llamado el profeta evangelista, porque más parece
contar lo pasado, que predecir lo futuro.
4ª Prueba: Milagros de los apóstoles y discípulos de Jesucristo
Curación del cojo del templo. Act 3,6
Los efectos de la sombra de Pedro. Act 5,13.
El milagro de Pentecostés.
La conversión de san Pablo.
Los discípulos de Jesucristo, canonizados, santos, hicieron muchísimas
veces milagros admirables, muy estudiados médicamente y controlados.
En muchos hay numerosos milagros.
Los papas no canonizan a una persona, por virtudes que tenga y santo
que sea, si Dios no habla por medio de un milagro, bien comprobado y
estudiado, por comisiones de expertos y médicos.
5ª Prueba: La propagación y conservación milagrosa de la Iglesia.
Es un milagro de orden moral. La propagación fue rápida y universal; en
medio de obstáculos insuperables, por predicadores pobres y humanamente
ignorantes.
Enseñaron una doctrina contraria a las pasiones y a las filosofías
helénicas.
6ª Prueba: La propagación se realizó en medio de continuas persecuciones.
Esta prueba es hoy muy admirada, porque no hay otra institución –fuera de
la Iglesia católica– que se conserve tantos siglos, siempre entera, igual en
las cuestiones esenciales; a pesar de ser tan perseguida.
Esto sólo lo puede hacer Dios.
7ª Prueba: El testimonio de los mártires
Mártir es el que da su vida en testimonio de la cristiandad. Fueron de todas
las edades y condiciones con horribles tormentos. Se calculan unos 18 millones.
8ª Prueba: Los frutos del cristianismo.
Las vidas heroicas de tantos buenos cristianos con sus virtudes.
9ª Prueba: Excelencia de la doctrina de Cristo
La ciencia elevadísima acerca de Dios, del hombre, del mundo, de la
santidad, del sufrimiento, etc... de la muerte, de la vida futura, por parte
de Jesucristo que no estudió.
10ª Prueba: La santidad de Jesucristo
La vida de Jesucristo demuestra que su doctrina es divina.
Cada una de estas pruebas son irrebatibles y su mayor fuerza está en su
conjunto.
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